Relatos salvajes

Crítica de Rolando Gallego - El Espectador Avezado

"Relatos Salvajes” (Argentina, 2014), de Damián Szifrón, es un filme potente que expone a través de seis historias, la confrontación que en la sociedad actual se vive a diario y en la que los vínculos son vulnerados ante el mínimo indicio de indiferencia y desatención del otro.
No importa si un fantasma del pasado sigue vigente en el presente, o si una injusticia genere malestar y penar hasta el punto de pensar en transgredir las leyes, los cuentos de los que habla el director son universales, porque más allá del escenario y vestimenta de los protagonistas, hay algo que remite a cierto lugar de reconocimiento en el que todos los espectadores se pueden reflejar.
La tensión manifiesta y la latente, aquella que soterradamente pretende, cual olla a presión, mantener en segundo plano las pulsiones, son el eje temático para este impactante filme.
Con un elenco encabezado por Ricardo Darín, y que incluye a un seleccionado de primer nivel actores (Oscar Martinez, Erica Rivas, Rita Cortese, Leonardo Sbaraglia y Darío Grandinetti), y una producción y cuidado muy pocas veces visto en la pantalla nacional, "Relatos..." transforma la vieja película de sketches en un manifiesto sobre la realidad, que sigue la sección policiales con el mismo interés que una ficción o tira diaria.
Porque justamente el principal mecanismo del filme es la apropiación de lo salvaje como manera de vinculación, de ver al OTRO, no ya como aquel que me completa sino como ese que me amenaza en cualquiera de sus formas (persona, Estado, vehículo, etc.).
Si bien algunas de las historias funcionan con mayor impacto y sinergia que otras, el filme en su totalidad es un cuerpo vigoroso y potente, que solo decae por la propia ambición del realizador de querer detallar aun mas las acciones y personalidades de los protagonistas y detener la progresión del relato.
La elección de una banda sonora no tradicional (“Lady, Lady, Lady” de Joe Esposito, por nombrar solo un tema musical), una delicada y arriesgada a la vez dirección de cámaras y fotografía, y una interpretación por encima de lo esperado, hacen de "Relatos Salvajes" más que una película el evento cinematográfico del año.