Relatos salvajes

Crítica de Leonardo González - Río Negro

"Relatos salvajes" la película imprescindible

Es un caso paradigmático el del director Damián Szifron. Le bastó realizar sólo un par de productos, tanto en la televisión como en el cine, para conquistar ambos medios.

El 21 de marzo de 2002 por la pantalla de Telefé debutaba la serie Los Simuladores (2002-2003), que se convirtió en un éxito total y le permitió a Szifron desembarcar en la pantalla grande. Su ópera prima fue El Fondo del Mar (2003), sobre un estudiante de arquitectura bastante neurótico que se obsesiona con su novia; y en 2005 llegaría Tiempo de Valientes, una buddy-movie sobre un psicólogo y un policía que formaban una improbable pareja que se dedicaba a resolver un crimen. En 2006 volvió a la pantalla chica -nuevamente en el canal de las pelotas- con Hermanos y Detectives.

Todos estos productos, salidos de su mente creativa, despertaron mucho interés en su trabajo y lo convirtieron en uno de los directores más interesantes del cine argentino. Durante los últimos 8 años, se dedicó a escribir y planificar sus proyectos, haciendo que la espera por su nuevo trabajo se hiciera insufrible. Y finalmente retorna esta semana con una de las mejores películas del cine argentino de la última década: Relatos Salvajes.

La película está compuesta por seis historias donde el denominador común es la violencia, física o psicológica, a la que son expuestos los protagonistas.

El primer cuento, "Pasternak", que funciona a modo de introducción para lo que vendrá, se desarrolla en un avión en donde un hombre (Darío Grandinetti) y una mujer (María Marull) empiezan a entablar una conversación y pronto llegan a la conclusión que ninguno de los pasajeros en el vuelo está allí por casualidad.

En "Las Ratas" una moza (Julieta Zylberberg) y la cocinera (Rita Cortese) del parador de una ruta tienen la oportunidad de vengarse de un cliente que acaba de llegar y que destruyó la vida de la primera. En el tercer cuento, "El Más fuerte", un hombre (Leonardo Sbaraglia) insulta a otro automovilista en la ruta con consecuencias nefastas.

"Bombita" nos presenta a un experto en explosivos (Ricardo Darín) que sufre el acarreo de su coche y que lo someterá a padecer un sistema burocrático que lo sacará de las casillas.

En "La Propuesta" un hombre potentado (Oscar Martínez) intenta hacer todo lo necesario para que su hijo no sea involucrado en un accidente de tránsito en el que mató a una mujer embarazada.

Por último, Érica Rivas en "Hasta que la Muerte nos Separe" descubre en su casamiento que su flamante esposo la engañó con una de las invitadas a su fiesta de bodas.

Este film marca un hito en la cinematografía nacional. Szifron logra reunir a un dream team de actores y los coloca en esta película segmentada en cuentos, algo inédito en nuestro país. El director tiene mucho cine visto y se nota, ya que hay claras referencias sobre todo al cine estadounidense de los años setenta. Por si vale la pena aclararlo, este largometraje no retrata, ni denuncia, ni intenta transmitir algo que ocurre en nuestro país, porque lo que plantea es algo universal: el crack, el momento, la chispa que desencadena nuestros más profundos instintos violentos.

Lo acertado es la montaña rusa que propone, en donde nos lleva a un pico de tensión y nos baja con su característico humor negro. Gracias a este film, Szifron se coloca definitivamente en la cima de directores argentinos cuya obra es por demás imprescindible. Es excluyente ir a verla para sentir qué pasaría si uno traspasará sus límites y "despertara su lado salvaje". ¿Están preparados?