Relámpago en la oscuridad

Crítica de Germán Morales - Proyector Fantasma

Destrucción, Destrucción

El documental de Alberto Zamarbide son 100 minutos de puro goce para cualquier fanático o interesado en el heavy metal nacional. De eso no hay dudas. Pero más allá de eso, se trata de un trabajo que aborda muy bien a la leyenda metalera, no profundiza en los golpes bajos y emocionales del rockero o el ídolo comprendido/incomprendido, como suele suceder con este tipo de trabajos, aún cuando hubo material para hacerlo, como las dificultades de ser pionero del heavy metal evangélico en la Argentina o el desarraigo en Miami.

La naturalidad y el optimismo de Zamarbide están impresos en el documental. Entre imágenes de recitales, un buen archivo y una gran cantidad de entrevistas a figuras celebres del heavy metal argentino, Relámpago en la Oscuridad es un repaso que destaca tanto la figura del protagonista como a las bandas en las que estuvo involucrado (V8 y Logos) de forma equitativa.

La línea temporal empieza con los últimos momentos de Logos de 2013, la última gira en el interior del país, con las dificultades que conllevan los tours y los motivos de separación de la banda. Para luego ir de lleno a la vida de Alberto Zamarbide – llevando a su hija a la escuela – y lo que todos esperan (“destrucción, destrucción”), el repaso por la banda fundadora del heavy metal nacional, V8, en honor al 30mo aniversario de la edición de “Luchando por el metal”, también en 2013. Fue desde la segunda hacia la primera banda.

Más allá de mostrar una leyenda, exhibe una persona que siempre la luchó, sin hacer gala o dramatizar demasiado esa virtud. Desde ser pionero con el heavy en plena dictadura, animarse a mostrar su evangelismo en un ambiente no muy amigable para hacerlo, hasta probar oportunidad en otro país, las vueltas en la vida de Beto fueron varias, pero él sabe que su pasado siempre estará presente y el futuro lo seguirá viendo en el mismo lugar, arriba de un escenario. Eso es lo que en definitiva deja este merecido repaso.

Por Germán Morales