Regreso a la mansión Brideshead

Crítica de Amadeo Lukas - Revista Veintitrés

Con el estilo propio de una gran película inglesa de época, Regreso a la Mansión Brideshead es una obra de enorme calidad plástica y expresiva, ideal para el público que aprecia el género. Ambientada en las campiñas británicas en los años previos a la Segunda Guerra Mundial, el film está basado en un clásico de la literatura inglesa que en su momento desencadenó polémicas por su historia de amores prohibidos y confrontados, un triangulo entre dos hombres y una mujer en el que las pasiones no se centran en la dama sino en uno de los dos varones, en un cúmulo de arrebatados sentimientos del cual ninguno de los tres podrá abstraerse. Una madre dominante y excluyente, una familia disfuncional y otros personajes que giran alrededor de una aristocracia católica inglesa en decadencia, van jalonando una trama apasionante, magníficamente plasmada en imágenes. La poderosa injerencia religiosa en los vaivenes de la historia, le otorga al film un toque asfixiante y mordaz. El realizador Julian Jarrold en su cuarta película entrega su mejor trabajo, ensamblando con maestría todos los elementos, ayudado asimismo por la excelente música de Adrian Johnston. El jerarquizado elenco, además de una impecable Emma Thompson y una bellísima y talentosa Greta Scacchi, cuenta con un dueto protagónico formidable en Matthew Goode y Ben Whishaw, el camaleónico actor de Perfume, historia de un asesino.