Regreso a casa

Crítica de Fernando Casals - Revista Meta

RECUERDOS DEL PRESENTE

La “revolución cultural” de China fue un periodo de agitación política y opresión social, lanzada por Mao Zedong en los 60’s fue también la contracara del “flower power”, una década oscura que muchos chinos aún hoy preferirían olvidar. El nuevo drama de Zhang Yimou “Regreso a Casa” tiene -precisamente- algo que decir acerca de la tragedia de olvidar.
La película comienza con una viñeta de propaganda, un ballet militar, las jóvenes chinas disfrazadas de soldados y haciendo piruetas con armas de utilería. Una de las bailarinas es la hija de Lu, su mayor ambición es ser la protagonista de la coreografía, no un soldado de relleno. Lu (Chen Daoming, el emperador de “Hero” 2002) se ha escapado de uno de los infames campos de “reeducación”. Su hija con la esperanza de avanzar en su carrera, le dice a la policía que su madre Feng -una Gong Li irreconocible- planea una cita secreta con Lu en la estación de tren. La única forma en que un Lu oculto puede encontrar a su esposa es saliendo entre la multitud. Aunque seguro de ser capturado, él pasa de las sombras a la luz, y no será el último acto de amor que haga por su esposa.

En muchas películas esta escena sería el final culminante. Aquí, sólo establece la verdadera historia, años más tarde luego que los excesos de la revolución cultural han dado lugar a su fin, Lu, declarado “rehabilitado”, regresa a su familia, ese momento que debería ser de felicidad se convierte en perplejidad: su esposa no lo recuerda.
La frustración que siente Lu al no poder ser reconocido se traslada al espectador. Y todo este drama familiar está enmarcado en un comentario social más amplio sobre un tiempo de resistencia y reconstrucción en China.
El director Zhang Yimou y su actriz-musa (su octavo film juntos) construyen escenas que desde la quietud y la intimidad narran el conflicto interno y los sentimientos que subyacen en cada momento de sus vidas y confluyen en una escena final difícil de olvidar.
Los ojos de Feng brillan de dolor y al mismo tiempo esperanza por lo que vendrá, en ese mundo gris de emociones apagadas por su amnesia que resulta una analogía de la negación colectiva y una estrategia de supervivencia para aquellos que apenas si pueden seguir después de pérdidas que son demasiado dolorosas para recordar.