Refugiados en su tierra

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Cenizas del pasado

Documental de observación que ofrece un retrato impactante y demoledor sobre las consecuencias humanas de las erupciones del volcán Chaitén.
Refugiados en su tierra (Argentina/2013). Dirección, guión y edición: Fernando Molina y Nicolás Bietti. Con los testimonios de Juan Nail, Hortensia Muñoz, Héctor Navarro, Ingrid Ovando, Edgardo Fuentes, Bernardo Riquelme y Juan Santana. Fotografía y cámara: Fernando Molina. Sonido: Nicolás Bietti. Duración: 96 minutos. Apta para todo público. En el Espacio INCAA KM 0 – Gaumont (Rivadavia 1635), a las 11.40 y 19.40.

Los intertítulos iniciales contextualizan en tiempo y espacio la acción de Refugiados en su tierra (2013). Esto es, durante fines de la década pasada y comienzos la actual en cercanías del volcán Chaitén, cuya erupción desató un sinfín de desastres naturales (ceniza, lluvias, crecidas de ríos) que dejaron en ruinas al pueblo cercano.

En medio de este contexto, el gobierno chileno ofreció a los habitantes una serie de beneficios para refundarlo en un terreno menos hostil ubicado a cien kilómetros. Algunos se fueron; otros, en cambio, eligieron permanecer allí, prácticamente aislados, sin agua corriente ni suministro eléctrico.

Sobre ellos, sus rutinas, sus dilemas y sobre todo la sensación enunciada en el título gira la ópera prima de los barilochenses Fernando Molina y Nicolás Bietti. Rodado durante cuatro años en el sur de Chile, Refugiados en su tierra es un documental de observación que apela a varias herramientas habituales del subgénero -cámara no intrusiva e invisibilizada entre los protagonistas, retrato naturalista de sus cotidianeidades- hasta convertirse en un retrato demoledor, impactante, atravesado por partes iguales de nostalgia, impotencia, dolor, dignidad y sentido de pertenencia.

Si el film no es del todo redondo es porque algunas secuencias montadas con un sentido redundante (uno de los habitantes se pregunta si existe Dios y la cámara muestra una imagen cristiana en la pared, un pescado “suspirando” sobre el final) y ciertos abusos de primerísimos primeros planos cierran las puertas a la reflexión del espectador.