Reflejos siniestros

Crítica de Matías Gelpi - Fancinema

LA PEOR PELÍCULA DE LA HISTORIA

Decir que Reflejos siniestros es la peor película de la historia es exagerado, porque para que la consideremos para una valoración “histórica” debería ser al menos relevante, pero no, esta película no le importa (o no debería importarle) a nadie, es sólo un exponente más de cine de terror hecho con el molde universal, medio desganado o falto de ideas. Además, la peor película de la historia seguramente la encontremos en la filmografía de Iñárritu.

El argumento es en general un argumento genérico de una película de terror, pero en lo particular es una reformulación de La pata de mono de Jacobs, con la diferencia que quien cumple los deseos retorcidos de los protagonistas es un ente llamado “La reina de espadas”, que se convoca mediante un espejo, y que como todo ente sobrenatural tiene su propia agenda que poco tiene que ver con hacer feliz a la gente que la invoca.

La crítica fácil para esta película rusa de molde norteamericano es que todos sus aspectos, salvo quizás la pobrísima puesta en escena a lo Chernobyl de poca monta, son genéricos, absolutamente carentes de cualquier singularidad y de personalidad en general. Sin embargo, no creo que sea la única explicación para lo mala (malaza) que es Reflejos siniestros; también es importante resaltar la falta de pericia del director Aleksandr Domogarov, incapaz de generar un susto más o menos genuino que no sea un jump scare del montón. Incluso, filma una escena de exorcismo con una absoluta falta de ritmo, sin una idea de cómo empezar o terminar la secuencia, como si no hubiera visto El exorcista.

Al final de todo el principal problema es que, con todo esto, Reflejos siniestros es incapaz de generar tensión alguna, con lo cual, nos aburre desde el minuto uno: no nos interesan los personajes, no nos asusta y está básicamente mal filmada. El pozo en el que nos sumerge es demasiado profundo aunque por suerte dura poco y se olvida fácil como una inyección.