Recreo

Crítica de Ayelén Turzi - Cinergia

Escenas de la vida conyugal

La nueva película de Hernan Guerschuny y Jazmín Stuart parte de una premisa que ya hemos visto: tres matrimonios pasando unos días de ocio en una casa de campo. Pero la personalidad de los personajes, los vínculos que establecen y el mensaje que subyace la convierten en una propuesta original e interesante.

Leo (Fernán Mirás) y Andrea (Carla Peterson) son una pareja de arquitectos, con un hijo preadolescente, bien acomodados económicamente, los anfitriones de la velada, que disfrutan contando de sus frecuentes viajes. Sol (Pilar Gamboa) y Nacho (Martin Slipak) son padres de unos trillizos insoportables, que demandan toda la atención de ella, dejándola sin energía para tener sexo. Lupe (Jazmín Stuart) y Mariano (Juan Minujín) lidian con el hecho que ella siga fumando marihuana aunque esté amamantando a su bebé de pocos meses.

Algunas charlas sobre temas tabú y ciertas incomodidades generadas a propósito como diversión comienzan a fisurar el clima de cortesía entre las parejas, para finalmente terminar sembrando crisis internas. Cada una de las parejas se va distanciando a su propio ritmo, como decantación de sus propios problemas, problemas de los que nunca habían hablado o quizás no sabían que tenían.

No tiene una estructura narrativa clásica, las acciones en sí son mayormente débiles y banales, propias de un fin de semana de ocio: hacer un asado, cuidar a los hijos, conversar. Es una película de personajes, más concretamente de personajes encerrados. ¿Cómo encerrados en una estancia al aire libre? Detrás del comportamiento y las psicologías de cada uno de los personajes se logra entrever que están atrapados en preconceptos, convenciones, limitaciones sociales y dentro de sus propias parejas. El rol de la comunicación es también fundamental. Si bien pasan algunos días cerca, están lejos. Lejos de sus parejas, de sus amigos y sobre todo lejos de ellos mismos: han llegado a la mitad de sus vidas sin saber quiénes son.

Este minimalismo emocional se soporta en las actuaciones, que tienen un muy buen nivel, sobresaliendo Fernán Miras, cuyo personaje además aporta algunos toques de humor que lo colocan en el lugar de personaje favorito si tuvieras que elegir uno.

El montaje, que dilata algunos momentos y acelera su ritmo en otros en función de la generación de tensión, y la musicalización, son los recursos más sobresalientes. Se nota que desde el principio había una premisa clara que transmitir y todos los elementos fueron puestos en función de lograr el objetivo.

A modo de conclusión, podemos indicar que el arco que opera sobre Fede, el preadolescente que se levanta después del mediodía siempre con hambre, trae aparejada una hermosa hipótesis: el mundo de los adultos posee una complejidad innecesaria. Siempre que puedas elegir, elegí no crecer. Y si lo que tenés que elegir es una película de la cartelera, elegí Recreo, es una opción no convencional con la que la vas a pasar bien.

Crítica de Ayelén Turzi.