REC 4: Apocalipsis

Crítica de Fernando Sandro - El Espectador Avezado

Momento de decirle adiós a una de las sagas de terror mejor elaboradas de los últimos tiempos. Aquella que inició en 2007 como una inteligente entrega de ese recurso tan gastado y tan mal utilizado en general como es el Found Footage. Aquella que abandonó ese formato en [REC]3 Genesis, y se convirtió en todo un emblema del mejor horror fuera de los cánones hollywoodenses (sino observen lo fallido de la remake Cuarentena).
En [REC 4]: Apocalipsis se promete que todo llega a su fín ¿Pero es realmente así? Será cuestión de verla.
La acción comienza poco tiempo después de los hechos de los dos primeros films (y por ende, también del tercero que ocurría en paralelo con el primero), cuatro agentes entran al edificio de Barcelona con la idea de terminar con todo, en su interior se encuentran con la única sobreviviente; sí, es ella, Ángela Vidal (Manuela Velasco cada vez más parecida a Marisa Tomei) la reportera que tres entregas antes había entrado a ese edificio siguiendo la crónica de unos bomberos para toparse con una cuarentena zombi devastadora.
Ángela y los agentes sobrevivientes despiertan en un barco, en medio de alta mar, y junto a ellos hay también una sobreviviente de la boda sucedida en la tercera entrega.
De inmediato, y antes que “los durmientes” sabemos que ese barco es una suerte de laboratorio andante ¿pero cuáles son sus reales fines?
Más personajes, buenos y malos, entradores y escondedores; todos se verán envueltos en un nuevo caos cuando el virus se desate nuevamente allí.
Según las órdenes de las tareas divididas, esta cuarta entrega quedó bajo el mando de Jaume Balagueró, a esta altura un eximio en el tema de crear los climas perfectos, mover los hilos del suspenso, y dentro de esta saga jugar al gore extremo. El director de Darkness y Mientras Duermes es un maestro de la técnica, con grandes hallazgos en la fotografía de manera sutil y al servicio de la suciedad necesaria para el asunto.
También se encarga del guión nuevamente junto a Manu Diez, y si bien no presenta grandes hallazgos narrativos, no deja cabo suelto, se maneja paso a paso en un crescendo increíble, y se destaca loa fluidez de los diálogos y personajes chispeantes como los de María Alfonso Rosso e Ismael Fritschi, los dos puntos de fuga hacia el humor y descargo de tensión de film.
[REC 4] es pura adrenalina, es vértigo y diversión asegurada para quienes no temen de mancharse con sangre, al contrario, quieren más y más. Y eso es lo que nos da esta entrega, más, no se anda con largas explicaciones, con vericuetos y complejidades de argumento; desde el minuto cero y hasta en las escenas en las que no hay muertes y zombis se respira nervio y una idea de que cualquier cosa puede pasar a la vuelta de la esquina.
Los personajes conquistan la pantalla, aún los más antipáticos, y verlos cazar todo tipo de herramientas filosas o de fuego será la gloria para el espectador.
Algo más inclinada a la acción (sobre todo en el primer tramo) que sus entregas anteriores; en sus bases podemos encontrar huellas de clásicos o films muy reconocidos para los gustosos del género como Aliens, Agua Viva, Barco Fantasma, y hasta Virus.
No esperen un gran argumento, no esperen enormes sorpresas, si lo que buscan es divertirse y reírse con lo desbordado del asunto, [REC 4] será el film para ustedes, sin dudas el más inclinado al gore de los cuatro.
¿Momento de decirle adiós a la saga? Esperemos que no.