REC 4: Apocalipsis

Crítica de Fernando Herrera - Mirar y ver

Herencia de sangre

La dupla de directores conformada por Jaume Balagueró y Paco Plaza supo revitalizar el transitado subgénero del falso documental de terror con la primera entrega de [REC] en el año 2007, y repetir el éxito con una versión recargada que multiplicaba puntos de vista en la segunda parte, antes de tomar caminos separados. Paco Plaza se ocupó de la tercera parte, una lúdica y desmedida precuela, y Balagueró dirigió la inquietante Mientras Duermes (2011). Ahora en solitario retoma la historia de REC allí donde terminaba la segunda parte, con el rescate de la periodista Ángela, interpretada nuevamente por Manuela Velasco.

La acción se traslada a un barco en donde se pretende aislar el supuesto virus que ha causado tantas muertes, pero la idea sigue siendo la misma, disponer de un espacio limitado y plagado de rincones mortales. El escenario marítimo sólo sirve para renovar los elementos que se utilizarán para eliminar a los zombies, desde arpones hasta un motor fuera de borda. Desbordarse parece ser la premisa.

El uso de cámaras para registrar lo que ocurre es absolutamente secundario, aparece como un guiño a las entregas anteriores. La historia, con sus causas y consecuencias, ya se había contado y vuelto a contar en las tres entregas anteriores, por lo que era de esperar que esta vez el argumento sea de cuarta, pero sigue siendo lo de menos. El terror también cede su lugar a la acción y el suspenso, y lo que queda es una dosis razonable de entretenimiento y una sobredosis de sangre para fanáticos del género.