Ready Player One: Comienza el juego

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Una invitación a la mayor aventura, en el mundo real y virtual, con referencias a otras pelis, homenajes, derroche de citas a la cultura pop de los ochentas y noventas, que según el propio director necesitara ser vista unas cinco veces para advertirlas a todas. Exageraciones al margen, Steven Spielberg a sus setenta años demuestra una juventud y un vigor increíble en esta producción dedicada al entretenimiento pero con un virtuosismo técnico, una motivación, una nostalgia y un empuje de marca mayor. La acción arranca en el 2045. La realidad es desastrosa, el mundo esta destruido, en la ciudad de mayor crecimiento (Columbus, Ohio) se vive entre basura, en casas que fueron trailers apilados, emparchados como una gigantesca villa miseria. Es tan decepcionante esa realidad que todos los humanos, no importa la edad, se aferran a sus mundos virtuales como única menara de sobrevivir. En ese mundo virtual, especialmente en OASIS, todo es posible, tener amigos, enamorarse, y sumergirse en una lucha de vida o muerte, de la que depende la salvación del planeta, para no caer en manos de una malévola corporación. La película requiere tener los ojos bien abiertos para pescar cada uno de los giros, visitas, referencias a personajes inolvidables, referencias a juegos antiguos, de la primera época, y especialmente héroes y monstruos que poblaron al cine de leyendas, gigantes, artilugios y talento. No todo es virtual, y el grupo de amigos pasa a lo real para darle mayor espesor a la historia de lucha y resolución de un acertijo fundamental: El creador de OASIS, (Mark Ryalance) a su muerte escondió la posibilidad de tener la propiedad de ese mundo a quienes resuelvan sus pistas que necesitan de recuerdos, deducciones, riesgos. Y ahí llega el plato mayor y vamos a nombrar solo uno de los homenajes, el que le rinde culto a “El resplandor” de Stanley Kubrick que por si solo vale este filme. Buenos y malos, empresarios malignos que esclavizan a la gente, el gusto por volver a la realidad y ver en “humanos” a los amigos virtuales, el descubrimiento de sentimientos amorosos, el aliento para transformarse en héroes. Un disfrute largo y colorido, constante y nervioso, siempre muy entretenido y excitante.