Ready Player One: Comienza el juego

Crítica de Alan Schenone - Proyector Fantasma

Reinventarse desde el pasado
Año 2045. Wade Watts (Tye Sheridan) es un adolescente al que le gusta evadirse del cada vez más sombrío mundo real a través de una popular utopía virtual a escala global llamada “Oasis”. Un día, su excéntrico y multimillonario creador muere, pero antes ofrece su fortuna y el destino de su empresa al ganador de una elaborada búsqueda del tesoro a través de los rincones más inhóspitos de su creación. Ese es el punto de partida para que Wade se enfrente a jugadores, poderosos enemigos corporativos y otros competidores despiadados, dispuestos a hacer lo que sea, tanto dentro de “Oasis” como del mundo real, para hacerse con el premio.

¿Cuál cineasta es más adecuado que Steven Spielberg para realizar Ready Player One (2018), la película que adapta la novela de Ernest Cline en la cual se hace un homenaje a la cultura pop de los ‘80? Spielberg aterró en los cines a los espectadores con Tiburón (1975), emocionó a grandes y chicos con el extraterrestre ET (1982) y llevó a estos seres en un plano no desarrollado hasta ese momento en el cine, con Encuentros cercanos del tercer tipo (1977).

Ready Player One es una referencia, mimo y adulación a la cultura pop que moldeó a los jóvenes de los ’80 y a la vez coincidió con el comienzo de una nueva forma de entretenimiento: las consolas de juegos. Así, Ready Player One es un film plagado de referencias icónicas de esos tiempos y otras no tanto, en la que el espectador más especializado se sorprenderá con otras aluciones y guiños.

Desde la dirección, Spielberg deja un poco de lado la apelación a lo nostálgico -tan común a esta parte- para recrear una película con nuevos aires en lo que a ciencia ficción actual refiere. Tanto en su realización como en la narrativa, hay pocos directores como Spielberg que entienden al género para sacar provecho a cada momento y circunstancia. Pese a tomarse ciertas licencias en cuanto a la adaptación narrativa del libro, Spielberg llega a la fibra nerviosa e íntima que plantea el texto original y eso es plasmado en la película.

Ready Player One es visualmente impresionante: las recreaciones de las batallas, los diferentes escenarios y las escenas de acción y persecución crean un clima sin lugar, acompañado por una banda sonora plagada de clásicos. El hecho de incorporar y prestarse al juego de introducir a los personajes a una película de culto de Stanley Kubrick simplemente demuestra la calidad narrativa y técnica en lo que resulta una de las mejores escenas del film.

El reparto encabezado por Tye Sheridan se compromete con la visión del director para realizar buenas actuaciones, tomando a Mark Rylance en un gran papel, emocionante con sus ideas y las contradicciones propias de los genios. Lo único que finalmente le resulteacontraproducente es esta idea de poner en pantalla a cuanta figura, personaje o gag’s, siendo decenas de estos al punto de terminar por sofocar al espectador y agotarlo por proponer tantos guiños en la pantalla.

Ready player one (2018) es otra estrella más en la basta carrera de Spielberg y más aún, en la ciencia ficción, un género en el que marca tendencia, expone y se reinventa para alcanzar un producto que se convertirá en otro clásico para disfrutar de su estética en su totalidad: la espectacularidad visual, el pulso narrativo del director y una gran banda sonora.