Raya y el último dragón

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Con una heroína joven, independiente y confianzuda, y que no tiene interés romántico, el filme marca cambios y mantiene otras tradiciones habituales en las películas de la compañía.

Los tiempos cambian, y Disney se expande y adecua en sus nuevas propuestas cinematográficas. Si con la versión con actores de Mulan miraban al Este, a Asia -y a su mercado-, con Raya y el último dragón profundizan ese viraje también en lo referido a su heroína.

Una mujer independiente, que confía en los demás, y que es valiente, guerrera, buena amiga, solidaria y educada. Como Mulan, irá a salvar las papas cuando su padre no pueda pelear, pero por motivos bien distintos. El padre de Raya no es anciano, sino que quedó literalmente petrificado, convertido en estatua.

Sí, como los ancestros de Mulan en el dibujo animado.

Raya y Sisu, la dragona: juntas para salvar un mundo de fantasía. FOTO: DISNEY
Raya y Sisu, la dragona: juntas para salvar un mundo de fantasía. FOTO: DISNEY

Y sí, como los guerreros de terracota.

Raya vive en el reino de lo que fue Kumandra, que se inspira en el Sudeste asiático. Todo era armonía, hasta que, medio siglo atrás, los hombres pelean y unos entes siniestros llamados Druun, como peste, arrasan con lo que tocan -o lo dejan hecho piedra-, y se separaron en cinco tribus. Había dragones buenos, como Sisu, que es la única dragona que sobrevivió y está oculta, enterrada y habrá que despertarla.

Sí, como el Genio de la lámpara de Aladdin.

Guerrera, valiente y buena persona, así es Raya, la nueva heroína oriental de Disney.
Guerrera, valiente y buena persona, así es Raya, la nueva heroína oriental de Disney.

Quinientos años después, Raya, que vive en Heart (Corazón: las cinco regiones que habitan las tribus tienen cada una el nombre de una parte del dragón) cuida la gema del Dragón, la que intentará robar Namaari, una chica de Colmillo, en la que Raya había confiado.

La piedra preciosa se parte en cinco, y seis años después nos encontramos con una Raya ya no niña sino joven, adolescente, que irá a encontrar a Sisu y recorrerá cada región para unir la gema e intentar que reine la paz.

Sisu, que se convierte en humana, y Raya. FOTO: DISNEY
Sisu, que se convierte en humana, y Raya. FOTO: DISNEY

A diferencia de otras películas animadas con heroínas, aquí Raya no tiene un interés romántico, no se pone a cantar y los animales, a excepción de Sisu, que no es un sidekick, sino protagonista junto a Raya, no hablan ni tampoco canturrean. Tuk Tuk, una suerte de bicho bolita o armadillo que será gigante, si abre la boca lo hace para expresar sorpresa.

El “mensaje” de la película es que para salir adelante hay que confiar hasta en los que nos traicionaron, y que uno solo no puede hacer todo lo que quiere o ansía. Así sea para salvar al mundo -como plantea Avengers, de Marvel- o para conseguir cualquier objetivo mínimo y más cercano y posible.

Aunque para los personajes de Disney nada sea imposible.

Raya, de niña, junto a su padre, Benja. Luego, él se convertirá en una estatua. FOTO: DISNEY
Raya, de niña, junto a su padre, Benja. Luego, él se convertirá en una estatua. FOTO: DISNEY

La versión que vi es la original, en inglés, y la dragona -notarán que los tres personajes centrales son femeninos- tiene la voz de Awkwafina. Es un personaje divertido, que no llega a ser el Genio, pero tampoco es tonto como Mushu.

Igual, como dragón, me sigo quedando con Chimuelo, de Cómo entrenar a tu dragón. Y no me hagan recordar el final de la tercera…

Raya junto a Tuk Tuk, que la acompaña a todas partes. FOTO: DISNEY
Raya junto a Tuk Tuk, que la acompaña a todas partes. FOTO: DISNEY

También, advertirán que tanto a Raya como a Namaari, como buenos personajes de Disney, les falta un progenitor: no se habla de la madre de Raya, y no aparece el padre de Namaari, sí su madre. Que vendría a ser la malvada, pero otro cambio que presenta la película es que necesariamente no hay un malvado preciso. Druun es algo inasible, no habla, no puede pelearse con el/ella.

Codirigida por Don Hall (en Grandes héroes o Big Hero 6 ya coqueteaba con Oriente) y el mexicano Carlos López Estrada, Raya es más un filme para niños que se acercan a la adolescencia que para los más pequeñitos. No es que haya nada que los pueda asustar, pero las vueltas de la trama harán necesario que alguien les vaya más o menos explicando.

Namaari, que de niña traiciona la confianza de Raya. Pero no es malvada. ¿O sí? FOTO: DISNEY
Namaari, que de niña traiciona la confianza de Raya. Pero no es malvada. ¿O sí? FOTO: DISNEY

No es La Dama y el Vagabundo, pero tampoco Tenet, otra de las películas que se estrenan este jueves y con las que, por suerte, podemos volver a los cines.