Rawson

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

¿El silencio es sagrado?

Nahuel Machesich y Luciano Zito ponen de manifiesto en Rawson (2012) el silencio cómplice de toda una población sobre los sucesos acontecidos en una de las cárceles más famosas del país que, durante los años de la dictadura, sirvió como centro de detención de presos políticos.

En Rawson, Nahuel Machesich oficia como un curioso detective cuyo objetivo es el de desentramar la historia de silencio que, de manera implícita, mantiene la población del lugar sobre los años en los que la cárcel funcionó siendo un centro de detención y tortura de presos políticos. Silencio que sigue persistiendo en el tiempo, como si callando se negara lo acontecido.

La historia está planteada a partir de las vivencias personales y dudas del mismo protagonista y codirector. Tras irse de la ciudad que lo vio crecer, Nahuel vuelve años más tarde para averiguar por qué nadie habla del tema y todos actúan con normalidad como si nada hubiera pasado. Así Machesich, a modo de catarsis personal cerrará un círculo de dudas que comienza con una interpelación hacia sus padres y que terminará en Jorge Tomasso, un ex represor que camina por la ciudad con una impunidad difícil de creer. Mientras en el medio del conflicto aparecerán diferentes personajes que ayudarán (o no) a éste inquieto protagonista a esclarecer el porqué de sus dudas sobre el misterio del silencio impune.

La película, que inicia con la llegada del hijo pródigo a la ciudad, está planteada desde una serie de preguntas que el protagonista se hace sobre lo que a su entender podrían ser los causales. Este juego detectivesco en el que un joven vuelve a sus orígenes para saciar las dudas buscando un porqué al silencio que rodea a toda una población, es lo que vuelve interesante al relato que además provoca una ruptura en la narrativa documental a la hora de contar una historia: la utilización de la primera persona en la que el ego del protagonista está ausente, a diferencia de otros casos donde éste se pone por encima de la historia pasando a ser más importante que la meta.

Hay quienes dicen que no existen las casualidades y que todo es producto de una causalidad. Pero causal o casual Rawson se estrena a días de que los responsables de la Masacre de Trelew fueron condenados a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad. Y así como Nahuel Machesich cerró un círculo de dudas sobre el silencio de un pueblo que prefirió callar que gritar, la justicia cerró un círculo de impunidad sobre uno de las tantas atrocidades cometidas por las diferentes dictaduras que gobernaron Argentina y de las que nadie debería callarse a la hora de decir la verdad. Algo que la gente de Rawson debiera aplicar.