Rascacielos

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

A 30 años de la grandiosa Duro de matar (John McTiernan, 1988), el estreno de Rascacielos: Rescate en las alturas funciona como la triste prueba de que el cine de acción de Hollywood ha desmejorado. La película protagonizada por Dwayne “The Rock” Johnson no está a la altura de la protagonizada por Bruce Willis. En vez de homenajearla, se vuelve una falta de respeto idiota.

Lo increíble es que la película escrita y dirigida por Rawson Marshall Thurber tiene momentos de adrenalina que logran mantener tenso y expectante al espectador, aunque ya sepa lo que va a pasar. Y algunas tomas provocan vértigo gracias a la convicción inquebrantable de esa mole que es Johnson. Pero unas pocas escenas no salvan la atrocidad general.

Will Sawyer (Dwayne Johnson) es un exrescatista de rehenes del FBI. Después del incidente que lo deja sin una pierna, se dedica a la seguridad de rascacielos. Hasta que llega el momento de viajar a China para cuidar la torre más alta y segura del mundo.

Will se aloja junto a su esposa Sarah (Neve Campbell) y sus hijos en uno de los pisos del rascacielos construido por Zhao Long Ji (Chin Han). Allí surge el conflicto: una banda de ladrones le roba a Will una especie de tablet, donde tiene todos los accesos al edificio, con la intención de ingresar al lugar y hacerlo estallar.

La torpeza del filme se puede sintetizar con esto: inicialmente se explaya en un prólogo explicativo para justificar la pérdida de una pierna del protagonista, clave en la trama. Pero la película no continúa con ese rigor y se transforma en el cachivache de efectos especiales que tanto le gusta al Hollywood más descerebrado.

Es decir, intenta que un detalle como el de la pierna de Will no quede como un capricho del guion. Sin embargo, para cada detalle disparatado que viene después no hay coherencia lógica. El de Rascacielos: Rescate en las alturas es un guion licencioso que confunde libertad y humor con fórmulas trilladas.

Que el personaje de Johnson saque una soga de la nada para colgarse de la ventana y hacer acrobacias imposibles o que arregle todo con cinta adhesiva son chistes autoconscientes que no hacen gracia. Las cosas que Will hace con la pierna ortopédica son irrisorias y las peleas son ridículas. Sus automatismos son bobos, su previsibilidad aburre.

Para peor, el héroe está al servicio de un empresario millonario, a quien defiende a muerte. Rascacielos: Rescate en las alturas es una comedia de acción de trazo grueso y reaccionaria como pocas. O como muchas que hay que combatir.