Rascacielos

Crítica de Carolina Taffoni - La Capital

Para disfrutar mínimamente de "Rascacielos", la nueva película de Dwayne "The Rock" Johnson, hay que pactar con las convenciones básicas del cine de acción de los 80: desde el "Duro de matar" de Bruce Willis, en el mejor de los casos, hasta las películas más pálidas de Stallone de esa década. Ahí está The Rock, una encarnación algo devaluada de Schwarzenegger, solo contra el mundo para salvar a su familia, que está atrapada en el edificio más alto del mundo. Acá no hay vueltas de tuerca (apenas unas traiciones) ni giros forzados para generar misterio. No. Los villanos tienen cara de malos y quedan expuestos desde el principio. Y el personaje de The Rock tiene un pasado y un trauma que lo justifica, algo que es harto evidente en su pierna ortopédica. Es cierto que a "Rascacielos" se le notan mucho las costuras: de hecho la acción transcurre en Hong Kong y suma varios personajes orientales con la clara intención de vender en China. Pero también tiene todos los ingredientes para entretener y empatizar con el protagonista, desde peleas cuerpo a cuerpo hasta saltos imposibles, pasando por demostraciones de coraje y chicos en peligro. Basta con decir que al final de la película la gente aplaude en el cine, un gesto ciertamente extraño en estos tiempos, pero que era muy común en los años 80.