Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Tras ocho películas de la exitosa saga "tuerca" y casi un año antes de que llegue la novena entrega liderada -ya sin el Brian O'Conner de Paul Walker- por el Dominic Toretto de Vin Diesel, Rápidos y furiosos presenta su primer film stand-alone, su primer spin-off. El recurso aplicado por decenas de productoras y franquicias (desde Marvel hasta Star Wars) se extiende ahora a esta, otorgándole el protagonismo absoluto a dos personajes que fueron ganando espacio en los últimos años: el Lucius "Luke" Hobbs de Dwayne Johnson (visto de la quinta a la octava parte) y el Deckard Shaw de Jason Statham (que apareció en las dos últimas, aunque ya había tenido un cameo en la 6).

Rápidos y furiosos: Hobbs & Shaw es, en esencia, una combinación entre el thriller y la buddy movie que encuentra algo de comicidad en la sociedad, en principio forzada y tirante, entre dos héroes de acción decididamente opuestos entre sí: el impulsivo y extrovertido agente estadounidense Hobbs, y el cínico y contenido mercenario británico Shaw.

La excusa argumental es un virus que todos quieren poseer y que en la escena inicial se lo inyecta Hattie (Vanessa Kirby que algunos reconocerán como la princesa Margarita en The Crown y por su papel en la más reciente entrega de la saga de Misión: imposible), una intrépida agente del MI6 que además resulta ser la hermana de Shaw; mientras que el malvado de turno es Brixton (Idris Elba), quien a partir de sucesivas mejoras genéticas se ha convertido en un poderoso cyborg.

Tenemos entonces dos protagonistas que se odian, pero fruto de las circunstancias se verán obligados a trabajar juntos, una presencia femenina fuerte, un malo de fuste, una amenaza biológica que podría acabar con el mundo y... 200 millones de dólares de presupuesto para rodar por todo el mundo.

Además, el director contratado para la ocasión fue David Leitch, quien venía de filmar Atómica, Deadpool 2, y es un reconocido coreógrafo de escenas de acción. Sin embargo, la unión de todos estos elementos da como resultado un film que está un poco por debajo de las expectativas.

El carisma de "La Roca" es indudable, Statham siempre funciona en su eterno papel de duro y hay una muy buena secuencia final ambientada en Samoa (con Hobbs reencontrándose luego de 25 años con su familia y sus raíces), pero el film pocas veces alcanza la audacia, la potencia, la espectacularidad y el sentido del humor de los mejores momentos de la saga de Rápidos y furiosos. Por eso, y porque la dupla Johnson-Statham prometía más, Hobbs & Shaw deja algunas sonrisas, pero también gusto a poco.