Rápidos y furiosos 9

Crítica de Manuel Germano - Ociopatas

La novena entrega de la franquicia dirigida por Justin Lin (que dirigió la tercera, cuarta, quinta y sexta película de la saga) llega a los cines y no defraudará a los seguidores fieles de este tipo de películas, aunque eso no quita que en esta oportunidad el resultado final resulte más inverosímil y abrumador que en las entregas anteriores.

Los efectos visuales están puestos a disposición de las decenas de escenas de acción y tiroteo y eso convoca a un público, fiel a este estilo de películas, que probablemente se acerque a las salas de cine para pasar un rato (demasiado largo, quizás ya que el filme dura dos horas y media) y entretenerse con esta película.

Dom (Vin Diesel) y Letty (Michelle Rodriguez) junto al pequeño Brian viven en una casa alejados de todo, incomunicados con el mundo exterior. La tranquilidad se ve afectada cuando el orden mundial corre peligro, y los únicos que pueden hacer algo al respecto son Dom y sus amigos Roman (Tyrese Gibson), Tej (Chris Bridges) y Ramsey (Nathalie Emmanuel). En esta oportunidad el villano que persigue las partes de un objeto que tiene el poder de dominar todos los sistemas informáticos y armamentísticos del mundo, no es nada más ni nada menos que el hermano de Dom, Jakob Toretto (John Cena), con quien las cosas no han terminado muy bien años atrás.

La película, además de contar mediante flashbacks a 1989 la historia personal de ambos hermanos, que los separó en su momento y porque ninguno supo nada del otro por tanto tiempo, relata las aventuras de los rápidos y furiosos a través de diferentes locaciones (Londres, Edimburgo, Tokio, entre otras) con el objetivo de detener el plan de Jakob y equipo.

Justin Lin decide abarrotar al espectador con múltiples escenas de acción, carreras, autos de todo tipo y tamaño, drones y hasta “viajes espaciales”. Hay un sinfín de estímulos visuales y sonoros por doquier que resultan apabullantes, pero que guardan relación con lo que uno podría esperar en este tipo de películas. En su eterna duración de dos horas y media “Rápidos y furiosos 9” tiene toda el vértigo que un videojuego de última generación puede generar. Resulta curioso pensar que otras ideas pueden surgir en las siguientes entregas de la película, ¿cuándo es suficiente? ¿cuándo van a parar de estirar la historia?

En “Rápidos y furiosos 9” también está Queenie (Helen Mirren), quien maneja a toda velocidad por Londres, mientras que Cipher (Charlize Theron) tiene algunas escenas que para lo único que se justifican es para dar cuenta de que su personaje aún tiene vigencia en la historia.

Es probable que los fanáticos de la saga se entretengan y la pasen bien en esta película, por supuesto no ofrece más de lo que es, un argumento básico que tiene conductores y vehículos todo terreno con decenas de escenas de acción. Hay un abuso de efectos especiales que tornan ridículas varios pasajes de la historia, aunque es probable que pedir coherencia no sea pertinente en historias como esta.

Lo que mejor puede suceder con “Rápidos y furiosos 9” es que la gente que sigue la saga elija ir a verla al cine para apoyar una industria que se vio golpeada todos estos meses. Como suele pasar en RyF, no abandonen la sala luego del final…¿continuará?…