Rápidos y furiosos 8

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

A esta altura la saga Rápido y Furioso tendría que llamarse “vale todo” porque están a un pelo de convertirse en el tipo de película que plantea The Expendables, solo que aquí sin héroes de acción de los 80s.
El manejo del verosímil (o inverosímil) llegó a un punto sin retorno. Y ojo que esto no es una queja sino una celebración por parte de quien escribe.
Lo que me ocurre con estas películas es que una vez que la veo y luego escribo la reseña correspondiente las olvido por completo hasta que sale la nueva. Y eso me permite redescubrirlas y dejarme llevar una y otra vez.
El único problema que tienen en este sentido es que en el afán de intentar superarse dejan de un lado la originalidad por el espectáculo.
El director Gary Gray brinda grandes secuencias de acción, tal como lo había demostrado en The Italian Job (2003) pero no llega a alcanzar a James Wan.
En cuanto a la historia, qué decir… Es básicamente el arco argumental de las anteriores pero con algunos giros. Siendo el principal que Dom Toretto se enfrenta a su familia (no es spoiler porque está en los trailers).
También hay algunas sorpresas y muchos guiños para los más memoriosos de esta franquicia.
Los mejores autos están a la orden del día y las pistas que se recorren en esta oportunidad son las calles de Nueva York, Berlín, La Habana y los hielos de Rusia.
Pero me quiero centrar un poco en la capital de Cuba, lugar donde transcurre el opening. Es fantástico en todo sentido, no solo por el gran despliegue sino porque hace tan solo un par de años hubiese sido imposible mostrar algo así en Hollywood.
Llegamos a un punto en donde algo tan básico como lo es la saga Rápido y Furioso hace una lectura política a través de meta lenguaje.
El elenco bien y funcional como siempre. Vin Diesel amo y señor, bien escoltado (y opacado) por Dwayne “The Rock” Johnson, quien cada vez está más grande e impresiona.
Jason Statham se roba sus escenas y se corre un poco del rol de villano, quien en esta oportunidad recae sobre Charlize Theron. La actriz, con un innecesario exceso de botox, se encuentra un tanto perdida y fuera de sintonía en ese papel. Pero hay tanto espectáculo a su alrededor que sale indemne.
Así, con una fórmula más que probada, con torpedos desviados con una mano y un bebé en el medio de un tiroteo, quedamos a la espera de las próximas dos películas.