Rápidos y furiosos 8

Crítica de Alexis Puig - Infobae

La octava entrega de la saga contiene una vuelta de “tuerca” que la convierte en una de las mejores de la franquicia

Toretto se pasa al "lado oscuro". Cual Anakin tentado por "La Fuerza", el personaje de Vin Diesel se olvida de todo lo que ha pregonado a lo largo de la serie, sobre la amistad, la familia y los lazos de unión y hace equipo con una villana (Charlize Theron) para desatar el caos en el mundo. Claro que esta decisión tiene un por qué, que los espectadores deberán descubrir a lo largo del metraje de Rápidos y Furiosos 8.

El histórico "Team" de Dom, encabezados por Hobbs (Dwayne Johnson) y su eterna enamorada Letty (Michelle Rodriguez) deberá apelar a todas sus habilidades al volante para impedir el Apocalipsis.

Hace rato ya, que la franquicia de RyF ha dejado de ser una simple película de acción con autos y chicas perreando al ritmo del reggaetón para transformarse en aventuras de "superhombres" haciendo proezas imposibles. Y en ese sentido, esta octava cinta da un paso más, presentado a The Rock casi como un Hulk al que se le ha desteñido el color verde, capaz de lanzar gente por los aires como quien lanza una pelota de beisbol, y sin embargo, estos momentos de "fantasía" no desentonan con el espíritu del filme. Por el contrario, su presencia en pantalla es carismática, fascinante, plagada de humor y lucha. La relación de Hobbs con el villano que encarna Jason Statham (otro de los puntos altos del largometraje) es hilarante. La química entre ambos hace que cada una de las secuencias que les toca jugar resulten tan atrapantes como excitantes.

Para los seguidores de la serie, además, hay deparadas muchísimas sorpresas, cameos y referencias (incluido por supuesto, un pequeño golpe bajo final)

Diesel, no acapara todo el metraje como ha ocurrido en otros filmes, y eso también se agradece, ya que permite el desarrollo de otros personajes cargados de matices (como la propia villana compuesta por la sudafricana Theron o el asistente torpe pero querible que interprete Scott Eastwood)

Los paisajes y locaciones no tienen desperdicio: La Habana es escenario de una picada increíble entre Toretto y un cubano. Una secuencia que hará delirar a los tuercas y fanáticos. Las escenas de acción son grandilocuentes, fastuosas y cortan la respiración. Momentos como el escape en Berlín, o la carrera en el hielo generarán gritos y entusiasmo en la platea.

Rápidos y Furiosos 8 es una montaña rusa fílmica, divertida, dinámica pochoclera hasta la médula, arranca a 100 km por hora y no frena hasta el último fundido a negro. ¡Todo lo que el cine de entretenimiento debe ser!