Rambo: Last Blood

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

Rambo – Last Blood: Chau, chau, adiós…
Llegó la última película de Rambo con cierto toque nostálgico, algo sangrienta pero dejando un gusto amargo como despedida.
Sinceramente el querido John Rambo se merecía más. En esta secuela, y última película de Rambo según su creador e intérprete Sylvester Stallone, John está retirado en su rancho familiar. Tiene cosas del “Oeste”, con su sombrero y caballo, pero eso se diluye con el paso del tiempo.
Su descanso se ve interrumpido por un altercado con los carteles de México. Se deberá enfrentar con ellos mientras intenta descubrir dónde está su ahijada secuestrada. Es tan básica la trama que es difícil no contar algo que ya hemos visto en el pasado. Red de tratas, venganza sangrienta y usando sus habilidades veremos un desenlace. Así le decimos adiós a Rambo.
Adrian Grunberg es el director de este film, quien no tiene mucha experiencia en largometrajes habiendo traído solo Get The Gringo con Mel Gibson, que no es mala pero no es nada destacable. En este caso se ve su experiencia adquirida en la serie Narcos, donde fue el asistente en dirección de muchos capítulos. Con «Rambo: Last Blood» muchas de las líneas de diálogos, la mayoría diríamos, están realizadas en castellano. Muchos mexicanos tienen lugar en este film, además de que Rambo nunca fue de hablar tanto. Algo, que por lo menos para nosotros, resultó extraño.
Más allá de las tradicionales formas que tienen los estadounidenses de ver a los “latinos” o especialmente los mexicanos, este film está casi tan lleno de gore (sangre por doquier) como en una película de terror. Hay un desplazamiento de hueso que tranquilamente podría ser parte de alguna película del Juego del Miedo. Sin embargo, todo esto ocurre más hacia el final del desarrollo de la trama. Al principio es solo conocer a los personajes, de los cuales desgraciadamente no hay mucho que conocer.
Aunque parece funcionar por momentos, la historia decae en situaciones típicas del género, con Rambo convirtiéndose en una especie de Liam Neeson en Taken. Hay algo de táctica, y esa aura siniestra partícipe de los traumas de John, pero aun así no pesa demasiado en la trama. Desgraciadamente.
Matthew Cirulnick (Absentia) y Sylvester Stallone son los guionistas de esta película que deja con un sabor amargo tanto a los fans como a los que se interesaban por ver un film atrapante. Es solo gore, Rambo matando gente y con una de las mejores escenas sangrientas hacia el final. ¿Vale la pena todo el viaje de 1 hora y 30 minutos? El espectador tendrá que sacar sus propias conclusiones.
Lo triste es que Rambo en el pasado destruyó un batallón completo de tropas vietnamitas, derrotó a los rusos en Afganistán y dañó la maquinaria militar birmana. Pero aun así en este caso entregan una historia bastante pequeña para un personaje gigante.