Rambo: Last Blood

Crítica de Emiliano Basile - EscribiendoCine

Su última misión

Rambo: Last Blood (2019) es la quinta parte de la saga del ex combatiente de Vietnam con la que Sylvester Stallone promete cerrar la leyenda.

John Rambo (Stallone) vive ahora en familia en un rancho de Arizona apartado de sus tiempos de guerra. Pero su sobrina adoptiva a quien quiere como a una hija, desaparece al cruzar la frontera. La historia de venganza personal obliga al veterano hombre a entrar nuevamente en acción y enfrentar solo al cartel que la secuestró.

Una historia que empezó con una novela llamada First Blood en la que su protagonista moría. Pero en la versión cinematográfica Sylvester Stallone que también participó del guion, hizo que el anti héroe de la vincha sobreviva. El “Last Blood” de la quinta película de Rambo hace alusión al título de la primera.

En la era Reagan el actor italoamericano volvió a cambiar el destino de su personaje, primero regresó a Vietnam para modificar la imagen de EEUU en tierras asiáticas (Rambo 2) y después peleó junto a los talibanes cuando éstos enfrentaban a la Unión Soviética en el fin de la Guerra Fría (Rambo 3). No resulta casual que Rambo reaparezca en tiempos republicanos, lo hizo en tiempos de Bush hijo (Rambo: regreso al infierno) y ahora con Donald Trump enfrentado a los mexicanos que, por cierto, son malísimos en el film (narcos, proxenetas, no quieren ni a sus hijos).

Ese maniqueísmo en personajes sin matices justifica la feroz matanza que viene después, con una secuencia de emboscada final propiciada por Rambo de antología. El atractivo de estos films no está en sus componentes novedosos y menos en su valor artístico, sino en la fuerza emocional que generan excediendo cualquier explicación racional.

Rambo: Last Blood sigue la estructura de los films de acción de los ochenta: un primer acto donde se desarrollan personajes y vínculos, un segundo donde aparece el conflicto y se complica a niveles que parecen irresolubles, y un tercero y último, con la venganza llevada a cabo con el inevitable espiral de violencia desatado (la emboscada mencionada).

Rambo es un icono de la cultura popular -como Rocky- que Stallone se empeñó en sostener en el tiempo, y esta película dirigida por Adrian Grunberg (Vacaciones explosivas) así lo evidencia.