Ralph: el demoledor

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

El gigante que quería ser amado

Las animaciones de Disney siempre tienen un costado políticamente correcto y otro que invita a una reflexión, y esta vez vino por el psicoanálisis y la cuestión existencial. Ralph es un personaje de un videojuego cuya función es destruir lo que el valiente y amado Félix construye. Tanto es así que hasta lo plantea en una insólita sesión de terapia grupal ante una serie de desopilantes villanos de otros videogames. Así como en “Toy Story” los juguetes tomaban vida, aquí son los personajes los que salen del juego para luchar por sus ideales, e incluso se los muestra con una vida con rutinas típicas de los humanos. Ralph es un gigante de corazón grande, y su anhelo será ganar medallas que le den el pasaporte al heroismo, pero por sobre todo al cariño de los niños. La delgada línea del bien y el mal, y también de los héroes y villanos se muestra también en esta producción de Rich Moore, en su primera película en solitario luego de mostrar su talento en “Los Simpsons”. El filme, que también puede verse en 3 D, entretiene en todo momento, tiene un costado sensiblero que va a seducir a los más pequeños y, por sobre todo, es un menú exquisito para aquellos amantes de los videojuegos, pac man incluido.