Raídos

Crítica de Ricardo Ottone - Subjetiva

Raídos, de Diego Marcone

La explotación de la yerba en el nordeste argentino tiene una historia de representación en el cine nacional para la que uno puede incluso remitirse a clásicos como Prisioneros de la tierra (1939) o Las aguas bajan turbias (1952) donde ya se denunciaba el trato cruel y las condiciones inhumanas de trabajo. Si se trata de explotación, cada época se da la suya y si bien las escenas mostradas en estos films no son exactamente las mismas que vamos a ver ahora, hay ciertas circunstancias que cambian pero otras permanecen y el trabajo esclavo, mal remunerado, en negro, inestable e insalubre parece ser una constante histórica.

Raídos, ganador del Voto del Público a Mejor Película Argentina en el último Bafici, retoma en formato documental las condiciones de trabajo y de vida de los cosechadores de Yerba, los “tareferos”, en la provincia de Misiones para contar cual es el estado de las cosas a partir de los años 90 cuando la crisis del sector precarizó aún más la situación, algo que no debería ser sorprendente. Para ello elige concentrarse en un grupo de jóvenes tareferos y observar no solo sus condiciones de trabajo sino también seguirlos en toda su cotidianeidad, qué hacen con su tiempo libre, cómo es su vida familiar, cuáles son las circunstancias que los llevaron a esta forma de vida, de qué manera se evaden a veces de su realidad, como se frustran o se divierten, cuáles son sus opiniones y sus expectativas (o la falta de ellas). De esta manera apunta a un retrato más íntimo y cercano.

El realizador, Diego Marcone, toma la decisión de no disimular la presencia del dispositivo o tratar de borrar sus huellas. Es por eso que los personajes pueden mirar a cámara o en determinado momento de un dialogo acercarse al interlocutor y hablarle al oído para que lo que está diciendo en ese momento no quede registrado. Asimismo, a contramano de lo que se suele hacer en gran parte de los documentales de registro, no deja la cámara fija o inmóvil sino que prefiere los encuadres elaborados, el movimiento y un montaje ágil que vaya armando el relato.

Marcone usa recursos que podrían ser de ficción tratando a sus personajes como tales. Así estos van dando cuenta de su vida, de la falta de oportunidades, o las oportunidades perdidas. Como cuando uno de ellos cuenta que entre la posibilidad de estudiar y el trabajo de tarefero eligió este último y ahora se arrepiente, cómo otro perdió la oportunidad de presentarse a la prueba de un equipo de futbol, o sigue una noche que pretende ser de festejo y termina en borrachera, pelea y amargura. En ese contexto también hay lugar para otro personaje, el hermano de uno de los tareferos que trata, pese a las dificultades, de continuar los estudios y donde están puestas las esperanzas de la familia de que alguno de ellas pueda escapar a un destino que parece predeterminado. Y también, se intuye, las esperanzas de realizadores y público de que algo por fin cambie.

RAIDOS
Raídos. Argentina. 2016.
Dirección: Diego Marcone. Intérpretes: Darío Lemos, Mauro Lemos, Walter Lemos y Sergio Correa. Guión: Diego Marcone. Fotografía: Lucas Timerman y Diego Marcone. Música: Dante Frágola y Pablo Breardi. Edición: Diego Marcone y Andrea Kleinman. Duración: 74 minutos.