Raídos

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Este documental dirigido por Diego Marcone se llevó dos premios en la edición del BAFICI 2016. Una mención especial de la Competencia Argentina de la que formó parte, y el otro que entrega n los editores, SAE-EDA. La ópera prima de Marcone es un documental sobre un grupo de jóvenes tareferos (cosechadores de yerba mate) que trabajan en Misiones.
Viven y sobreviven gracias a ese trabajo, entre la explotación y la marginación, y muchos jóvenes que van heredando el oficio terminan abandonando la posibilidad de otra vida afuera, los estudios y los sueños. Es en ellos adolescentes provincianos donde decide enfocarse principalmente su director. Jóvenes laburantes capaces de cargar cientos de kilos en sus espaldas, que también se divierten con música y alcohol, y que cuestionan las posibilidades de un futuro distinto.
Es que un futuro distinto también los aleja un poco de sus familias, todas radicadas en esos barrios humildes de Misiones mientras para estudiar tienen que irse a Iguazú como cerca. Marcone los sigue, observa su modo de vida sin necesidad de exponer una denuncia o mensaje. La idea es mostrar una realidad que hable por sí sola, aunque en algún momento sale el tema de comparación entre lo que le pagan a ellos y el precio al que luego venden la yerba mate, por ejemplo.
La cinta está compuesta de varias pequeñas historias que se van mostrando el director logra sumergirse en la intimidad de esas familias tarefera a través de diferentes momentos del día.
El que está empezando y aprendiendo, el que conoce el oficio gracias a sus padres, el que pretende soñar con un futuro distinto y estudia para poder irse, el que se resignó a perder esa oportunidad pero todavía lo lamenta.
Así, el logro principal de Marcone con Raídos es el de acompañar y mostrarnos la cotidianeidad de estas personas desde un lado humano. Un retrato interesante y honesto, con la naturaleza como escenario principal, y todo lo imponente que ésta puede resultar ante el hombre.