Quiero matar a mi jefe

Crítica de Ezequiel Coniglio - Cinezalco

Una comedia más

Para Nick, Kurt y Dale, la única solución para hacer su rutina diaria más tolerable sería hacer desaparecer a sus insufribles jefes. Los tres amigos conciben un enrevesado y al parecer infalible plan para deshacerse de ellos. Sólo hay un problema: los planes mejor ideados sólo son tan infalibles como los cerebros que los concibieron.

“Quiero matar a mi jefe” es una comedia más, y decir esto es realmente una lástima. Estamos hablando de un filme que cuenta con un grupo de actores muy interesante y que destacan a la hora de la creación de cada uno de los personajes, pero que en su hilo argumental no termina de convencer o explotar a pleno el recurso de la comedia.

Nick, Dale y Kurt son tres amigos de la secundaria que tienen algo en común: los jefes más desagradables del mundo. Nick (Bateman) se esfuerza continuamente para que Harken (Spacey), el presidente de una empresa, lo nombre vicepresidente de ventas. Harke es despiadado, fascista, torturador, manipulador, demagógico. Dale (Day) es asistente odontológico de la Dra. Harris (Aniston), una soltera sexópata, que tortura y humilla a Dale para acostarse con él, quien se acaba de comprometer y planea casarse en los próximos meses. Por último, Kurt (Sudeikis) es el contador favorito del presidente de una petroquímica, pero cuando este fallece, el cargo pasa a su hijo Bobby (Farrell), un cocainómano xenófobo y machista, fanático de las prostitutas, coleccionista de baratijas, inepto a la hora de manejar negocios que también manipula a Kurt para que eche personas por diferencias físicas. Ninguno puede renunciar a su puesto, porque sus jefes los tienen extorsionados por diversas razones. Por lo tanto, la única solución que encuentran es mandarlos a matar.

Estamos hablando de una trama que resulta interesante a la hora de leerla o ver lo primeros avances de “Quiero matar a mi jefe”, pero que a la hora de sentarnos en la butaca tiene algunos baches estructurales que van generando altibajos en el clima de la sala. Chistes que no terminan de cerrar, frases que quedan en el aire, y un desenlace que parece fuera del filme. Si bien cabe destacar que me mantuvo entretenido a lo largo del filme, seguramente no lo volverá a hacer en una segunda oportunidad (si es que decido verla nuevamente).

Sin embargo, en un año en los que hemos podido rescatar comedias interesantes como “Que paso ayer 2?” y “Loco y estúpido amor”, realmente al director Seth Gordon no le alcanzó para terminar de estallar este filme que prometía mucho más.

Es una película para ver a sala llena y dejarse contagiar de la risa de los espectadores y poder asi generar el clima que necesita para verla absolutamente entretenido. Ni buena, ni mala, “Quiero matar a mi jefe” es una comedia más.