¿Quién mató a mi hermano?

Crítica de Adrián Monserrat - EscribiendoCine

Mujer bonita es la que lucha

El caso de Luciano Arruga describe al corrupto sistema policial argentino y ¿Quién mató a mi hermano? (2019) nos propone acompañar a Vanesa desde la desaparición de su hermano hasta la presentación del tema en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Luciano Arruga, un joven de 16 años, fue víctima de la policía bonaerense. Desde su desaparición, allá por el 2009, hasta el hallazgo de su cuerpo (enterrado cómo NN) pasaron 5 años. ¿Quién mató a mi hermano? se encarga de contarnos este caso, pero desde la mirada de una admirable luchadora: su hermana Vanesa.

Sus realizadores, Ana Fraile y Lucas Scavino, consiguieron desarrollar un trabajo honesto, sentimental y paciente. Ellos acompañan, cámara en mano, a Vanesa y el rumbo de su desesperada búsqueda. Compitiendo en la sección de Derechos Humanos, el documental corresponde a una investigación de 10 años y allí encontramos la clave: nos ayuda a interiorizarnos sobre la manera en la que sus seres queridos vivieron el caso año tras año, noticia tras noticia.

“Mujer bonita es la que lucha, se murmura. ¿Y qué diremos de tu rabia inquebrantable?” nos indica Santiago Aysine, cantante de Salta la Banca, al ritmo de “Tú”, canción dedicada a Vanesa. En sintonía con esta frase, el documental nos describe a una mujer fuerte, llena de furia e impotencia. Ella se plantó frente a la policía bonaerense, a la justicia y a aquellas personas que prefirieron el silencio antes que la verdad. El largometraje nos gráfica de forma sentida cada rasgo de su personalidad. Su indiscutido carácter, sus desafíos y su manejo de las situaciones son dignos de total admiración. Vanesa es la verdadera responsable de los avances del caso Arruga.

Desprovisto de cualquier tipo de prejuicio, arriesgándose en tiempos donde se pretende callar, esta obra nos invita a sentir el dolor de los familiares y hacerlo propio. Hoy le tocó a Luciano, pero mañana podría ser cualquiera. Vanesa va a seguir luchando para que nadie más se pregunte algo que a ella no la dejaba dormir: “¿Dónde está mi hermano?”.