Querido señor

Crítica de Beatriz Iacoviello - El rincón del cinéfilo

“Sir” título original del filme de Rohena Gera establece desde el comienzo un espacio referencial de clases, a la vez que la historia se centra en un romance transgresor, al estilo cenicienta, pero con un final abierto a la incierta realidad. “Querido señor” ambientada en Mumbai recuerda “The Scent of Green Papaya” (“El aroma de la papaya verde”,1994), de Tran Ahn-hung. por la descripción del amor furtivo entre el hijo del empleador y su doméstica. Y también "The lunchbox" (“La lonchera”,2014), el largometraje debut de Ritesh Batra, entre un viudo y un ama de casa decepcionada.

“Sir” (“Querido señor”) es el primer largometraje de ficción de Gera, previamente dirigió, en 2013, un documental sobre el matrimonio arreglado, “¿Qué tiene que ver el amor con eso?” (“What's love got to do with it?”), por lo tanto ella no es ajena al panorama romántico de la India moderna. Es un filme de los que se llaman “menores”, pero intencionalmente es crítico, satírico y aleccionador.

En “Querido señor” a través de una historia simple, sin engaños ni subterfugios, el espectador es testigo de un mundo muy diferente al suyo, con costumbres que son ajenas y diametralmente opuestas a occidente.

Al igual que Rima Das ("Village rockstars", 2017) Gera es una directora hindú que hace hincapié en el empoderamiento de las mujeres frente a las dificultades económicas y a una sociedad esencialmente machista.

En “Querido señor” Ratna, interpretada por una excelente Tillotama Shome (“Monsoon Wedding” –“Boda del Monzón”, 2001, de Mira Nair), queda viuda dos meses después de su matrimonio arreglado. En la India las viudas deben usar unas pulseras especiales para demostrar su estado (durante el viaje a Mumbai se la verá sacarse esas pulseras, para luego cuando regresa al pueblo se las volverá a colocar). La familia de sus suegros es numerosa y ya no la pueden mantener más, por lo tanto es obligada a ir a Mumbai a trabajar en la casa de una pareja de recién casados, cuyo matrimonio fracasó antes de comenzar. De ese modo Ashwin (Vivek Gomber), regresa a su departamento como soltero. Ashwin es un joven arquitecto más familiarizado con la cultura occidental que con la suya propia.

Toda la acción, en los espacios interiores como los exteriores, se desarrolla bajo el punto de vista de la observación del mundo cotidiano de Ratma, que proviene de una remota aldea con costumbres cerradas y ancestrales, e ingresa a la gran ciudad a vivir en el frenético vaivén que oscila entre empresas multinacionales, pequeñas microempresas y trabajos artesanales.

El punto de vista esencial de Rohena Gera, como buena documentalista, es subrayar la discreción, el decoro, la moderación que rige en los diferentes estratos de la sociedad. Ella construyó la película en base a pequeños incidentes que se desarrollan como un encadenamiento secuencial hacia la generación de un clímax dramático. Visualmente se deleita con la cámara subjetiva de Dominique Collin que enmarca con cuidado y sin prisas los rituales domésticos, los de la calle, el mercado, y basurales dispersos en cualquier esquina de la ciudad.

Este manejo de la cámara ofrece una sensualidad inesperada y sutilezas poco comunes para mostrar los estados emocionales de cada personaje. La cámara también sigue los utensilios culinarios que se deslizan por las habitaciones de los protagonistas, y mantienen el secreto de dos personas que están separadas por sus clases, pero conectadas entre sí.

Muestra también el modo de comer del campesino que no sabe usar cubiertos y lo hace con las manos, y sentados en el suelo, mientras que los señores se mofan de su modo de actuar. Estas escenas son la crítica a una sociedad que no establece la cultura como prioridad y deja a millones de personas en el más completo aislamiento. Por eso Ratma se obsesiona para que su hermana estudie y escape de esa miseria mental.

Los sonidos en “Querido señor” son importantes, incluyendo los de la música extadiegética porque marcan el ritmo de la vida cotidiana entre la ciudad y el campo. Los diálogos son escasos, casi se limitan a monosílabos, entre patrón y criada, pero más extensos entre los que forman parte de su misma casta.

Aunque la ambición profunda de Ratma es convertirse en diseñadora, le es difícil encontrar quien le enseñe a coser, porque es una profesión masculina que trata de mantener a las mujeres aplastadas para continuar teniendo mano de obra barata.

Una de las escenas más tiernas y románticas es cuando Ashwin le regala una máquina de coser. Y la otra, cuando la ve bailar durante el festival de Ganesh, el dios más adorado por los hindúes, con cuerpo humano y cabeza de elefante.

Ratma ama por sobre todas las cosas la libertad y la independencia, por ellas trabaja e incluso le envía dinero a su hermana Choti, para que estudie y pueda escapar del universo pueblerino en el que vive. Pero el plan de Choti es otro, es ir a la gran ciudad a cualquier precio.

A veces la imagen es muy discreta, apenas sensible, pero actúa especialmente para mostrar los espacios reducidos que simbolizan la jaula dorada y minimalista de Ashwin, y el palomar Kitch, atiborrado de ropa colgada y gente, en que vive Choti, la hermana ahora casada con un delincuente, que soñaba con la gran ciudad

“Querido señor” es un filme intimista, de soledades compartidas, en el que hay que observar cómo una personalidad y un destino estarán forjados por la receptividad del mundo (emocional y físico) que los rodea.