Querido señor

Crítica de Alejandro Lingenti - La Nación

No es para nada habitual que una película proveniente de la India se estrene en la Argentina. El país asiático produce cerca de mil películas anuales, pero la mayoría está destinada a su gigantesco mercado interno. Las que logran repercusión internacional por lo general responden a cánones más extendidos, como el caso de este primer largo de ficción de Rohena Gera, una cineasta de familia acomodada que estudió en Stanford (Estados Unidos) y entendió muy bien cómo llaman la atención fuera de su país de origen la dinámica de una sociedad en la que se cruzan culturas, creencias, castas y clases diferentes con una lógica propia.

La historia es convencional (el amor imposible entre una empleada doméstica y un joven adinerado para el que trabaja) y los recursos para que avance, los del melodrama leve, más cercano a la delicadeza de James Ivory que de la intensidad de los culebrones televisivos clásicos y sin muchas sorpresas.

En su atención al detalle (gestos, roces, miradas) es tan rigurosa como Con ánimo de amar, exquisita película del hongkonés Wong Kar-wai que la directora ha citado como referencia importante en varias oportunidades. Y en cuanto a su eficacia en términos de alcance emotivo, la base en la que se apoya es Tilotama Shome, actriz que construye con tanta sutileza como determinación a una mujer discreta, honesta y capaz de perseguir su deseos.