Que sea ley

Crítica de Belén Montiel - Cuatro Bastardos

Que sea ley: La maternidad será deseada o no será.
Que sea ley (2019), es un documental dirigido y escrito por Juan Solanas, ganador de un premio en el prestigioso festival de San Sebastián en España y cuenta como la ausencia del Estado afecta a mujeres que caen en la clandestinidad del aborto.
Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir
De las 320 millones de mujeres que viven en Latinoamérica solo el 8% puede interrumpir su embarazo libremente. Cada semana una mujer muere a causa de un aborto clandestino. Con estas cifras empieza la película “Que sea Ley”, de Juan Solanas
Juan Solanas es un director de cine, productor y guionista argentino que vivió casi toda su vida en Francia y hoy en día reside en Uruguay. Motivo por el cual no fue ningún impedimento a la hora de seguir paso a paso la media sanción en la Cámara de Diputados de la ley por el derecho al aborto en la Argentina. Solanas también fue director de filmes como Nordeste (2005) y Un amor entre dos mundos (Upside Down – 2013). En su ópera prima, aborda el tráfico de niños, pero el aborto está muy presente.
Que sea ley (2019) fue presentado en el Festival de Cannes del corriente año, y nos muestra la realidad de las mujeres que deciden tomar la decisión de someterse al aborto por mano propia. Algunas pueden contarlos, otras por el contrario solo son un reflejo de un estado ausente.
El documental muestra la militancia feminista de diferentes sectores políticos y todo lo sucedido hasta la votación en Senadores en agosto de 2018.
Cuenta con el testimonio de Belén, una mujer que entró al hospital con pérdidas y un dolor abdominal muy fuerte, sin saber que estaba embarazada tuvo un aborto espontáneo. En el hospital dijeron haber encontrado un feto muerto pero nunca apareció… la acusaron de homicidio y la condenaron a 7 años de prisión.
Durante la sanción de la lay en senadores y en diputados, se pasearon profesionales hablando de moral y ética, pero realmente ¿alguno se habrá puesto en la piel de una mujer que no desea llevar su embarazo adelante?, de niñas de 10 años abusadas sexualmente que por el simple hecho de que las creencias juegan más que la razón, someterla semejante calvario haciéndola perder su inocencia.
Solanas usó una fotografía de excelencia para mostrar los testimonios de las mujeres de diferentes partes de Argentina, como en Santa Fe, Jujuy, Buenos Aires, entre otras.
Este no es un debate por aborto sí o aborto no, es un debate que lucha contra la clandestinidad. Para que las mujeres dejen de morirse por no acceder a un lugar en condiciones. Que la maternidad sea deseada. Que la sexualidad sea explorada con placer y no con culpas.
El costo más alto de la clandestinidad lo pagan las más jóvenes, que no tienen autonomía económica y las mujeres más pobres no cuentan con recursos a su alcance. El aborto es un acto de responsabilidad de la misma manera que es tener un hijo.
Cada relato de las mujeres que pasaron por esta situación o luchan junto a ellas, son desgarradores. La falta de empatía y lo fácil de juzgar por parte de quienes ponen sus creencias por antes que la vida.
Están los familiares de de Liliana Herrera, fallecida luego de practicarse un aborto clandestino y morir desangrada y de Ana María Acevedo, una mujer de 19 años que tenía cáncer y se negaron a practicarle un aborto. Tampoco la dejaron hacer un tratamiento con quimio, para no lastimar al feto. Ninguna vida fue salvada.
Se nombra mucho a la hipocresía por parte de mujeres y hombres a favor de como nombran “salvar las dos vidas”, defendiendo a fetos y embriones, a los que no garantizan el día de mañana puedan acceder a la educación y acceder a la salud. Las mujeres tienen que tener la potestad de decidir sobre su cuerpo. El patriarcado lo mejor que puede hacer en estos casos no es defender a un embrión que no le garantiza nada, sino acompañar a la mujer ante semejante decisión.
Algunos de los diócesis que de las villas miserias viven esta realidad y saben que Dios nunca mandaría a la cárcel a alguien que practique el aborto.
La iglesia quiere mandar por encima de nuestros cuerpos, las creencias y las justificaciones para estar en contra de la ley son insostenibles. Las mujeres se están muriendo y no lo ven.
En Argentina cada 32 horas muere una mujer víctima de un femicidio. Las mujeres ganan 27% menos que los hombres. Solo poseen el 2% de las tierras cultivables y la pobreza extrema se duplica en la población femenina.
Esos son algunos de los datos que nos muestra el director a lo largo de su documental.
Quienes sostienen este proyecto de ley, no ignoran que someterse ante esto haría menos trágico al aborto, al contrario seguirá siendo algo trágico, pero en condiciones favorables para que cualquier mujer pueda acceder de forma legal y gratuita. Que quien no desee llevar a cabo la maternidad, sea libre de elegir. Que las niñas no sean madres, que las menores sigan con su inocencia.
Las mujeres DECIDEN, la sociedad RESPETA, el Estado GARANTIZA y la iglesia NO SE METE!.
Solanas termina su película con la siguiente frase:
Por las 3.030 mujeres argentinas muertas por un aborto clandestino. Sabemos que son y serán muchas más. ¡Que sea ley!