¿Puede una canción de amor salvar tu vida?

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Letra y música

El irlandés John Carney cambia las callecitas dublinesas de Once por el Lower East Side de Manhattan en esta nueva comedia romántica, con encantadores personajes, un guión de altibajos y una resolución convincente. La película muestra el encuentro de dos perdedores en un pub: empujada por su amigo Steve (James Corden), Gretta (Keira Knightley), recién separada, se anima a cantar una de sus canciones mientras Dan, un borracho productor discográfico (Mark Ruffalo), cree encontrar en ella su salvación. Son malos tiempos para Dan; también se ha separado y su sello Distressed Records está prácticamente tomado por su socio, Saul (el rapero Mos Def), con quien tenía un dúo de hip hop. Por su lado, la inglesa Gretta acaba de romper con Dave (Adam Levine, del grupo Maroon Five), un cantante a quien acompañó a construir su carrera y ahora, exitoso, la abandona por su enorme ego. Dan acompaña a Gretta a grabar su disco en lugares abiertos (una escena en la terraza de un edificio, interrumpida por la policía, es un homenaje a Get Back de Los Beatles). El vínculo con Gretta es profesional, pero Carney maneja los hilos de manera que el desenlace parezca impensado. Si por momentos el guión decae, el magnetismo de Knightley y el oficio de Ruffalo hacen que la película resulte llevadera y, además, desprovista de los golpes de efecto de Hollywood.