Proyecto Géminis

Crítica de Alan Schenone - Proyector Fantasma

Las dos caras de una misma moneda
El carismático Will Smith aparece de nuevo en la gran pantalla luego de una gran interpretación como El Genio en Aladdin (2019), en esta ocasión interpretando a Henry Brogan, un asesino de élite a punto de retirarse después de muchos años jalando el gatillo. Sin embargo, salirse del juego no será tan fácil para Brogan cuando múltiples secretos estén cerca de salir a luz y él sea uno de los cabos sueltos.

Para hablar de Proyecto Géminis, primero debemos mencionar el trabajo de David Benioff, Billy Ray y compañía detrás del guion: tanto en su desarrollo como en la narrativa de su historia, la película nunca hace pie ni se toma el tiempo de explicar distintos hechos y factores que la impulsan. Cada decisión, traslado de locación o hasta motivación de los personajes parece demasiado casual para que avance el film sin resolver de manera orgánica, natural o fluida estas convergencias. Ni su misterio, sorpresa o intento de suspenso alcanzan un nivel aceptable para persuadir al espectador de tomar en serio esta historia. Una película que Ang Lee nunca logra otorgarle algo más que la superficialidad a cada reflexión de Smith sobre la vida, el futuro y sus errores.

Proyecto Géminis también tambalea en su aspecto técnico y gráfico: el abuso de CGI deja en evidencia las escenas de acción y persecución entre el personaje principal y su doppelganger. Su previsiblidad y la forma en queda expuesto este uso reiterativo de escenas por computadora tiende a romper ese acuerdo tácito con el espectador.

Su caso más evidente ocurre cerca del fin de la película cuando es indisimulable un joven Will Smith. La correcta recreación digital de un personaje es tan dificultoso que le costó a una franquicia como Star Wars muchísimo tiempo y dinero con la Princesa Leia y Grand Moff Tarkin, con apenas unos minutos en pantalla. Bajo esta comparativa, el trabajo digital de Proyecto Géminis está muy por debajo de lo que podía esperarse, llegando a decepcionar. Clive Owen también corre la misma suerte que los demás protagonistas de esta historia: caricaturesco hasta lo absurdo, con diálogos carentes de profundidad y desarrollo.

Proyecto Géminis es una película que trata de justificar la acción y la apuesta sobre este doble Will Smith pero sin ningún sustento desde su guion, ni siquiera con efectos que ayuden a ser más decoroso su desarrollo. Su ausente y absurdo guion arrastró a una historia interesante en el planteo inicial con su perspectiva político-militar, a terminar siendo una caricatura o, simplemente, una proyección de lo que podría haber sido y no fue.

Por Alan Schenone.