Presencia siniestra

Crítica de José Luis Cavazza - La Capital

Bostezo en la oscuridad

En la mayoría de las películas de suspenso los personajes se sienten más cómodos recorriendo sus casas a oscuras en lugar de prender la luz... Bueno, “Presencia siniestra” cuenta con varias de esta ya repetida escena, entre otros lugares comunes del género. M. Night Shyamalan dejó una profunda huella con su intensa “Sexto sentido”, pero lamentablemente en esa huella la mayoría de las películas que quisieron seguir el paso, hicieron sapo. Este también es el caso de “Presencia siniestra”, que sólo cuenta con la atracción de que Naomi Watts es la protagonista del filme. Pero, claro, no alcanza. Watts hace de Mary, una psicóloga infantil que vive aislada en una casa del bosque con su hijastro Stephen, un adolescente en estado vegetativo desde el accidente de coche en que murió su padre y marido de Mary. Al mismo, tiempo aparece y desaparece un niño que es paciente de Mary, y también aparecen los primeros ruidos misteriosos en la casa. Encima, se acerca una gran tormenta, pero lo mismo las escenas son largas, oscuras, lentas, silenciosas... Un gran bostezo. Y cuando llega el terror y el suspenso intenta apoderarse de la historia, la audiencia seguramente ya está desencantada y entonces todo se parece demasiado a un gran truco.