Preciosa

Crítica de Pablo O. Scholz - Clarín

Con los ojos llenos de dolor

La candidata al Oscar es un drama sobre una joven obesa e iletrada, abusada por su propia familia.

Historias como la de Preciosa, el personaje central del filme, deben multiplicarse por miles, no sólo en el Harlem, en los Estados Unidos, sino en todo el mundo. Drama -dramón- acerca de una adolescente negra, excedida de peso, madre de un hijo con síndrome de Down producto de una violación (de su propio padre), que espera otro bebe -también de su padre-, que es analfabeta y fuertemente abusada por su madre, Preciosa persevera por la vida sabiéndose fuerte por dentro, aunque nadie a su alrededor parezca constatarlo.

Preciosa ha encontrado una manera de atemperar los abusos, al menos, en su mente. Imposibilitada de decir lo que realmente pasa, inventa un universo en el que las fotos le hablan, por caso, o suelta su imaginación cuando su padre la viola. No hay quien la contenga, hasta que vaya a un colegio especial, donde una maestra (Paula Patton), y luego su asistente social (Mariah Carey) abran los ojos, casi tan grandes como el espectador. Y todavía habrá más.

Una escena es ciertamente difícil de ver y no sentir ganas de bajar la vista. Es un diálogo, o casi un monólogo en el que la madre abusadora (Mo'Nique, quien seguramente se habrá de llevar el Oscar a la mejor actriz secundaria) da más que innecesarios detalles de los ultrajes a los que se sometía a su hija de pequeña.

No hay que esconder las verdades, y no por disfrazar los hechos se llega a mejor puerto, pero la violencia de esas palabras -quienes han leído la novela original aseguran que ciertos aspectos, relaciones y hasta el tono se han morigerado- es lo suficientemente terrible como para querer que l que se escucha no sea cierto.

Preciosa tiene momentos en los que el director Lee Daniels parece tirarle al espectador más y más escombros. El resultado es devastador. Insiste con los planos, refuerza el agobio. Está claro que escena tras escena la vida de Preciosa va cada vez más barranca abajo, y es en los ojos de Gabourey Sidibe -otra de las seis nominaciones al Oscar que tiene el filme- donde mejor se refleja.

Cada espectador sabrá discernir qué está bien y qué mal en Preciosa, y saldrá del cine respirando profundo. Es una experiencia fuerte, decididamente no apta para todo público.