Posesión satánica

Crítica de Pedro Squillaci - La Capital

El diablo dentro tuyo

Las películas de posesiones demoníacas engrosan la larga lista de filmes de terror. Todas, claro, después de “El exorcista”, que por novedad, calidad y tan polémicas como fantásticas escenas se convirtió en un mojón dentro de esta temática. El punto en común que tiene con aquella película que protagonizó Linda Blair es que aquí también la poseída es una pre-adolescente, como lo era Megan. Aquí la demonizada es Emily (una expresiva Natasha Calis), que se encuentra con una caja de madera con una inscripción en hebreo que radicalmente le da vuelta la vida. Su padre (Jeffrey Dean Morgan, de increíble parecido con Javier Bardem) nota cómo su hija se va transformando hasta convertirse en el monstruo que lleva adentro. El director Ole Bornedal tuvo la suficiente inteligencia como para asustar lo justo y necesario. Es más, para los apasionados del terror, tendrán que esperar hasta el final de la película para ver la escena más fuerte, y desde ya, la más lograda. El trasfondo familiar de la niña, con los padres separados, le agrega dramatismo al contexto, pero también sirve para mostrar al padre como un héroe y a la madre como una incrédula, e incluso, una vez más a la escuela como una institución lejana al segundo hogar. Vale la pena verla y codearse un poco con el diablo.