¿Por qué él?

Crítica de Carlos Rey - A Sala Llena

John Hamburg filmó una de las mejores películas de este siglo, Mi Novia Polly (Along Came Polly, 2004), comedia que fue totalmente subvalorada, pero que logró un anclaje perfecto en la vieja comedia industrial clásica de la época de oro del cine americano, con una pareja de protagonistas que hacían resplandecer su química en pantalla como Ben Stiller y Jennifer Aniston, y personajes secundarios que le daban espesor y calidad a la narración. Cinco años después Hamburg volvió con Te Amo, Hermano (I Love You, Man, 2009), con Jason Segel y Paul Rudd, esta vez combinando modismos de la comedia clásica con algunos toques de la nueva comedia americana, para terminar esta especie de tríptico con ¿Por qué Él? (Why Him, 2016), donde predominan más tics de la NCA, que hacen a Franco y Cranston matarse en pantalla, que de la era del clasicismo.

Establecemos que es una especie de trilogía porque la idea es la misma en las tres películas: un inadaptado (Aniston, Segel, Franco) debe buscar puntos en común con un freak control (Stiller, Rudd, Cranston) para que las parejas de protagonistas se modifiquen, crezcan y avancen. Esta idea -troncal en el cine clásico- se vislumbra desde el inicio en ¿Por qué Él?; el espectador avezado, con experiencia, lo detecta. Pero en el camino nos encontramos a un James Franco que aporta todo su talento para generar un caos como el magnate desquiciado de Silicon Valley que le roba a la nena idílica que estudia en Stanford al papá controlador que interpreta Brian Cranston, y deben convivir durante las fiestas navideñas donde intentaran conocerse.

Hamburg cambió las formas en estos 12 años desde Mi Novia Polly, comedia absolutamente depurada, a un festival de gags escatológicos, en ¿Por qué él? y principalmente al cambio del idioma. La idea que la comedia cambió no se detecta solamente en que Franco nada en orín de un animal salvaje que aplasta a un adolescente con sus testículos o que Cranston le muerde los testículos a Franco en pantalla; el principal cambio que nos señala Hamburg en estos años es el cambio del lenguaje. No parece ser el mismo idioma inglés el que habla Franco en esta película con el que hablaban Stiller y Aniston hace un poco más de una década. De hecho, la hija de Cranston le señala repetidas veces a Franco el tema de la utilización de las palabras. La comedia juega con ese choque cultural y algunos gags son faltos de timing o fallidos e incluso la química entre Cranston y Franco muchas veces es poco creíble o falla.

Es evidente que a Hamburg le costó salir del esquema de personajes adorables, que en Mi Novia Polly brillaban y en Te Amo, Hermano encantaban y divertían, y si bien Franco se termina convirtiendo en un ser adorable porque se modifica, ¿Por qué él? termina siendo una comedia entretenida pero un poco fallida.