Por la vida!

Crítica de Laura Osti - El Litoral

Una pequeña historia con mucho significado

Ruth es una mujer que acusa alrededor de sesenta años de vida y está sola, en Berlín. El relato comienza cuando está siendo obligada a abandonar su casa y gran parte de su mobiliario y objetos de valor, debido a la ejecución de una sentencia judicial.

En Alemania, al parecer, la ley prevé la reubicación de las personas que son desalojadas por orden de la Justicia. A Ruth la tienen que trasladar a un edificio de apartamentos en los suburbios, algo que ella odia, como odia todo el procedimiento y tener que deshacerse de los espacios y las cosas que constituyen su mundo, su universo, casi se diría, su vida misma.

Ruth está enojada y trata de mal modo a los agentes que están confiscando sus pertenencias y organizando la mudanza. Entre ellos, hay un joven cuyo rostro le provoca un cimbronazo. Le recuerda a alguien seguramente muy importante para ella, porque al verlo, queda impresionada.

Jonas, el muchacho que está participando del desguace de la casa de la mujer, está haciendo una changa y todavía no se ha ganado la regularidad en ese trabajo. Es presionado por el jefe, porque al parecer no pone mucho empeño en la tarea. A él también se lo ve a disgusto todo el tiempo.

Así comienza “Por la vida”, la película del alemán Uwe Janson, con guión de Thorsten Wettcke, basado en el original “If Stones Could Cry”, de Stephen Glantz.

Cabe mencionar que Glantz acredita una larga trayectoria como guionista de cine, televisión y escritor de novelas. Ha trabajado para Warner, Disney, Paramount, Tri-Star, MGM, Universal, HBO y New Line Cinema, y también con el legendario productor alemán Artur Brauner (cuyas 250 películas incluyen “El jardín de los Finzi Contini” y “Europa Europa”).

“Auf Das Leben”, título original de esta película, recibió el premio Bafta a mejor director y fue distinguida como mejor película alemana en los Premios de Cine de Austria, obteniendo además el premio a Mejor Actriz por su protagonista, Hannelore Elsner.

¿Por qué toda esta información? porque la mano de Brauner se percibe en esta obra y es justo destacarla. Incluso su sobrina, Sharon Brauner, es la actriz que interpreta a Ruth joven en este film.

Es un relato que cuenta una pequeña historia a partir del encuentro fortuito entre dos personajes solitarios, cada uno con su propio drama a cuestas, y que por esas cosas de la vida, terminan siendo un gran apoyo uno para el otro, como si fueran dos náufragos que el azar reunió en un mismo lugar sólo para que juntos puedan salir a flote.

Una historia plena de humanidad y narrada de un modo que va enganchando el interés del espectador a medida que transcurre la trama.

Resulta que Ruth es una mujer polaca de origen judío que ha sobrevivido al exterminio nazi, pero perdió a toda su familia en los campos de concentración. Hija de un luthier y de madre música, ella ha vivido familiarizada con los instrumentos musicales y se ha ganado la vida como cantante de cabaret, logrando, al parecer, bastante éxito en Alemania. En el presente, está sola, acosada por los recuerdos y con una fuerte depresión con tendencias suicidas.

Por su parte, Jonas, vaga sin rumbo por las calles de Berlín. Vive en una combi y tampoco tiene familia. Él también tiene una historia triste para contar.

Poco a poco, los personajes se van involucrando uno con el otro, por algunas circunstancias provocadas por el traslado de Ruth y eso hace que compartan confidencias. No obstante, ello no ocurre de manera precisamente apacible, porque deberán darse algunas circunstancias un tanto trágicas para que ambos personajes se vean como empujados uno hacia el otro, en un intento de encontrar algo de qué aferrarse en medio de una situación límite.

Pero, como dice el título, que remite a un brindis popular judío “¡Por la vida!”, el final abre una oportunidad para la redención y la reconciliación, precisamente, con la vida, a pesar de los maltratos padecidos por ambos personajes.

Se trata de una narración de formato clásico, donde la historia se va construyendo a partir de distintos puntos de vista, incluyendo flash backs y también material documental referido a la vida de la cantante, como un juego de cine dentro del cine, y complementado con el relato oral de los protagonistas, en sus confidencias.

Si bien se trata de un drama, “Por la vida” alivia el dolor que transmite con una buena dosificación de momentos humorísticos, a veces sarcásticos, que hacen llevadera la trama, que se sostiene fundamentalmente en el trabajo actoral de la ya nombrada Elsner y su partenaire, Max Riemelt, quien interpreta a dos personajes totalmente diferentes.