Por fin ¡solos!

Crítica de Melody San Luis - Funcinema

EXISTO YO, LUEGO EXISTO YO

Llegará una edad para descansar luego de trabajar arduamente. Esta es la gran fantasía que inunda a los protagonistas de ¡Por fin solos! Se entabla así un film que explora las complicaciones para llegar a su gran objetivo, el descanso de las obligaciones. Esta comedia, que juega con los enredos familiares mediante las mentiras piadosas, se ancla en lo hiperbólico para generar el humor, pendiendo muchas veces, por esto, de un hilo muy fino.

Marilou y Philippe esperan ansiosos mudarse a Portugal para concretar su retiro laboral. Con una edad avanzada, pero aun teniendo vitalidad y con hijos ya adultos, imaginan que ahora sí podrán descansar y pensar en ellos. Sin embargo, las demandas familiares empiezan a poner obstáculos en su planificación.

El deseo es el motor que lleva a los protagonistas a mentir descaradamente con tal de conseguir su objetivo. El egoísmo es tal que no pueden mirar si les hacen daño a otras personas. Pero lejos de trabajarlo de forma dramática, la película explora lo disparatado y el humor negro.

Mariou y Philippe son dos personajes un tanto detestables. Gente pudiente que no oculta bajo la falta modestia su rechazo por los inmigrantes y por las personas con pocos recursos. Son personajes hiperbólicos. Su individualismo es exagerado, al punto de no ver más allá de ellos mismos. El film se atreve así a señalar la hipocresía de una gran parte de la sociedad.

En su rol como abuelos y padres las conversaciones no pasan filtros. No tienen ganas ya de andar lidiando con los problemas de otros y por eso acumulan mentiras para evadirse de las responsabilidades. El poco registro de los demás los lleva hasta especular con la muerte de un familiar y al mismo tiempo ni tomar en cuenta que serán nuevamente abuelos.

El film no tiene problemas para llevar adelante ciertos diálogos políticamente incorrectos. Sus personajes son aberrantes, pero sabe dejarlos expuestos. Sí le cuesta, por momentos, medir el grado de exageración de la circunstancias. En este sentido, los protagonistas rozan la sobreactuación, al igual que otros personajes, mientras que la hija o la abuela llevan adelante solas algunas escenas muy interesantes.

¡Por fin solos! es un film con pocas aristas para destacar. Su mayor logro es lograr reírse del individualismo y confrontar con las miserias comunes, que quedan bajo la alfombra.