Pompeya

Crítica de Sabina Di Marco - Cine & Medios

Gángsters de Puente Alsina

Dos historias paralelas. Por un lado, un par de escritores se reúnen con un director de cine para desarrollar el guión de una futura película de acción. Por otro, las ideas que ellos proponen, que se van plasmando en imágenes, y van aproximando lo que hasta entonces sólo tenía vida en las notas de los creadores. Así, mediante un montaje paralelo, la directora va alternando entre las dos historias a narrar.
En los primeros minutos no se entiende bien hacia dónde va la película, las charlas del grupo creativo suenan graciosas, aunque no lo son tanto cuando se las ve concretadas. Arman un esquema de personajes pegando fotos y trazando flechas en una pared, y las ideas que sugieren por momentos son hasta irrisorias, como que el protagonista sea un joven llamado Dylan, que vive en pleno barrio de Pompeya, y lo vinculan a las mafias rusa y coreana. Se toman a la ligera las decisiones sobre la vida (y muerte) de sus personajes, y hacen y deshacen a su antojo.
Sin embargo de a poco, la ficción dentro de la ficción va tomando entidad y peso propio. Mientras tanto comienzan a surgir las desavenencias, diferencias, y celos intelectuales (y económicos) en el otro grupo.
La historia de Dylan y las mafias está muy bien realizada, sus efectos están cuidados (la sangre se ve de color sangre, no ketchup, por ejemplo), y tiene una fuerte reminiscencia al cine violento y sangriento de Tarantino. El clima es sórdido, oscuro. Es interesante que los actores no sean muy conocidos, algo que, al igual que en las primeras obras de Pablo Trapero, le da más credibilidad al relato.
La película, tiene algunos altibajos en el ritmo, como parte de las escenas de las mafias que se hacen un poco largas, pero más allá de eso se trata de una propuesta inusual, y muy bien resuelta.
Algo distinto en cine nacional. Una estructura narrativa novedosa, sumada a escenas de acción muy bien realizadas técnicamente, finalizadas con una resolución sorprendente y coherente con la historia. Todos estos factores conforman "Pompeya", el film dirigido por Tamae Tarateguy que vale la pena ver.