Pompeya

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Si bien es loable intentar hacer cine de genero en la Argentina, más siendo una mujer con su particular mirada sobre las realidades que nos rodean, en este caso policial negro, de mafia, de gangster, o como quiera llamarlo, y hacerlo cruzar en algún sentido con un toque de comedia. También hay que decir que la búsqueda debería estar sustentada por cuestiones tan importantes como antiguas en la historia del cine.

Pero como se viene realizando desde hace unos años a esta parte, parece que es más importante el “como” y no el “que”

La directora, fruto de la herencia estética actual, así de joven, nos propone un filme construido cámara en mano, movimientos bruscos, saltos de todo tipo, eje, plano general a plano entero, giros.

Pero lo que a primera vista parece ser una estética y una estructura elegida intencionalmente, una vez terminado el producto da cuenta fehaciente de ausencia total de diseño de montaje, ¿Que quiero decir con esto?

Es muy fácil recurrir a corte y pegado de imágenes que, por la velocidad a la que están hechos, pueda ocultar, no sólo los errores que podría tenerlos, lo que a esta altura ya ni importa, sino que asimismo, y por ser escenas de este genero, provocan al espectador, lo zarandean sin justificación narrativa sino por lo abrupto de la construcción.

La historia, que si bien utiliza un modelo no demasiado usado, es una formalidad que nada tiene de original, contar aquello mismo que sus creadores van inventando a medida que el espectador va viendo la creación en sí misma.

Hay un antecedente maravilloso del cine francés contemporáneo, “Al Ataque” (2000) de Robert Guediguian.

En el caso que me ocupa un producto de cine que convoca a dos guionistas a escribir una historia de gangster y/o de mafia, centrados en un sicario desalmado y ninguna razón justificadora, sólo la realidad que lo rodea.

El espectador va viendo lo que ellos escriben, al tiempo que el filme que vamos viendo relata lo que va sucediendo en la relación humana, laboral, afectiva, de los responsables de la escritura.

Poseedora de muy buenas escenas de acción, nada común en nuestro cine de cada día, con un diseño de arte de lo mejor del filme, el manejo de la luz, el color, conjuntamente con la dirección de fotografía, pero decae mucho las actuaciones, bajas en cuanto a rendimiento y le restan el poco verosímil que habían construido.

Luego tiene, o intenta tener, un par de vueltas de tuerca bastante inverosímiles: que los personajes no son de ficción sino de la vida real, que además son popularmente conocidos, y buscados, etc.

La realizadora en su opera prima en responsabilidad solitaria, recordemos que fue la co-directora del filme “UPA” (2007), hace estos intentos como para darle fluidez a un relato que no lo tiene por deficiencias en la construcción y desarrollo de los personajes para terminar por confundir aún más al espectador.