Polvo de estrellas

Crítica de Lilian Lapelle - Cine & Medios

Esas raras estrellas nuevas

Agatha (Mia Wasikowska) parece una chica inocente que llega a Hollywood en busca de un trabajo y una nueva vida, pero ya tiene lazos que la ligan con el lugar; Agatha no ha llegado, ha vuelto. Y alrededor de ella Cronenberg presenta un coro de personajes que representan bizarros y excéntricos estereotipos de Hollywood: una estrella venida a menos que está cansada de perder roles interesantes en manos de actrices más jóvenes, un conductor de limusinas con aspiraciones a actor, un gurú de la autoayuda muy requerido por las estrellas, y un insoportable actor adolescente que mueve millones y que apenas ha salido de rehabilitación.
La historia desparrama estos personajes, los cruza, los esconde, los presenta como criaturas histéricas que parecen poderosas y las desarma hasta quedar desamparadas. En el medio se burla de todo estereotipo y lugar común que encuentra, de todos los vicios y costumbres de las estrellas.
Lo que al principio produce humor y risas se va desdibujando en una historia dramática que no termina de ser una crítica a Hollywood ni un drama en sí mismo, pero que narrado con el cinismo y la crudeza de Cronenberg resulta interesante aunque la historia no sea del todo redonda.
Las actuaciones merecen un capitulo aparte, Julianne Moore compone brillantemente a Havana Segrand, una actriz que vive bajo la sombra de su madre que ha sido una gran estrella, y ella no solo no parece estar a la altura, además con los años ha perdido belleza y talento, lo que la convierte en una desequilibrada y atormentada mujer que desparrama odio y agresión a su alrededor; John Cusack también compone a un excelente Stafford Weiss, un personaje realmente interesante, una especie de coach y terapeuta que vende millones de libros de autoayuda, y que conociendo las debilidades de quienes lo rodean sabe manipularlos a su conveniencia, y es de todos los personajes quien mejor se mueve en ese ambiente traicionero y vanidoso; y Mia Wasikowska nuevamente en la piel de un personaje callado y misterioso, que funciona bien como el retorcido nexo entre todos los personajes.