Polvo de estrellas

Crítica de Jorge Luis Fernández - Revista Veintitrés

Hollywood Babilonia

Por segunda vez consecutiva, Robert Pattinson maneja una limusina en un film de David Cronenberg. Es la primera escena y es un dato. Al instante, cuando se acerca Mia Wasikowska con media cara quemada, no hay casi duda: Cronenberg volvió a ser el tipo morboso que hacía explotar cabezas y mezclaba el cuerpo de Jeff Goldblum con una mosca.
Sobreviviente de un incendio, hija de un incesto entre hermanos, Agatha (Wasikowska) vuelve a Hollywood para reencontrar a sus padres y su hermano adolescente, una estrella decadente de TV moldeada en Macaulay Culkin. En el centro está Havana Segrand (Julianne Moore en su mejor rol desde Lejos del paraíso), una estrella casi retirada que fue acosada por su madre y, muerta esta, quiere rendirle tributo. El rey del horror venéreo vuelve al cuadrilátero de la provocación, pero lo espeluznante es más terrenal, conforme al camino elegido tras Una historia violenta, en 2005.
En Polvo de estrellas, inadecuada adaptación del original Maps to the Stars (los tours por residencias de famosos en Beverly Hills), hay de todo, quizá demasiado; es un Grand Guignol cronenbergiano que no defraudará a los fans del canadiense y tiene la epítome en una pelea entre Agatha y Havana, con ecos a la lucha en el baño turco de Promesas del este.
Con sutileza y gusto (a falta de mejores palabras), el director se puso autorreferencial. Los fantasmas de chicos perversos y la degradante terapia de Havana son inequívocas citas a The Brood, mientras las quemaduras de Agatha y sus sugerentes guantes evocan a Rosanna Arquette en Crash. Pero a diferencia de esas películas, Cronenberg mezcla influencias propias y ajenas sin demasiado criterio, como experimentos que se filtraron en la edición. La escatológica escena de Havana en el retrete es digna de un mal Almodóvar y John Cusack, como el sacado padre de Agatha, parece haber confundido a Cronenberg con David Lynch.
Desde principios de la pasada década, Cronenberg decidió mudarse a un estilo de art house comercial no del todo convincente, donde de vez en cuando mete un puñetazo. Esta es una de esas películas.