Polvo de estrellas

Crítica de Agustina Tajtelbaum - Toma 5

"El lado oscuro de una vida perfecta"

Este ambicioso proyecto de David Cronenberg se autodefine desde el primer afiche como una comedia negra. Humor negro sí que hay, pero también puede ser un drama familiar o una sátira de la vida hollywoodense de la estrella de cine. Todos los papeles son interpretados por actores excepcionales, que le dan a este guión atípico el impulso para sorprender hasta el último momento.
En un primer momento vemos historias aparentemente desconectados entre ellas. Mía Wasikowska (“Alicia en el País de las Maravillas“) es Agatha, quien llega a Hollywood con motivos poco claros y conecta con su chofer, el escritor desempleado Jerome (Robert Pattinson, de la saga “Crepúsculo“). Ella tiene extrañas cicatrices de quemaduras que resultan un misterio. En un golpe de suerte comienza a trabajar para Havana Segrand, una fuerte pero exquisita interpretación de Julianne Moore.
Se trata de una actriz que ha crecido a la sombra de su madre, también actriz, y ahora venida a menos. Pretende enfrentar su trauma de un abuso sexual en la niñez interpretando el papel que hizo famosa a su propia madre en la remake. Sin embargo, no puede competir contra actrices más jóvenes. Pero la expectativa de interpretar a su madre no hace sino agravar su cuadro y comienza a ver el fantasma de su madre que llega para consultarla en los peores momentos. Para superarlo cuenta con el gurú de la autoayuda Stafford Weiss (John Cusack), padre de un niño estrella de 13 años que acaba de salir de rehabilitación y comienza a ver fantasmas del pasado.
La familia Weiss no puede ser realmente normal una vez que ha aceptado el precio de la exposición y la fama, con el plus de la madre presionando y exprimiendo la carrera de su hijo. Havana y el fantasma de su madre, junto con su misteriosa nueva asistente parecen no tener mucho que ver con los Weiss, salvo en el hecho de que todos están atrapados con fantasmas de recuerdos. Pagan el alto precio de la fama, y un precio aún más alto por guardar la apariencia de una vida perfecta y superficial de Hollywood.
En este contexto el más normal parece ser Jerome, el chofer con sueños de grandeza que piensa que está a un paso de escribir y protagonizar un guión ganador del Oscar. Este es casi el papel del escritor, Bruce Wegner, que al momento de comenzar a delinear esta historia trabajaba como chofer en Hollywood. El director, David Cronenberg, es conocido por desafiar los moldes de los géneros, por lo que resultó perfecto que Wegner le llevará el guión del drama familiar en el que el incesto, la piromanía y ver fantasmas de un pasado no resuelto, son la moneda corriente.
Rompe de hecho el molde del género, puede bien ser una comedia negra o una sátira, o un drama costumbrista en el inusual escenario de una familia que ha hecho un pacto con el diablo a cambio de fama, dinero y prestigio. Las actuaciones están a la altura del magnífico guión, los retratos nos muestran la espiral descendente hacia la locura de los personajes. Es destacable el trabajo de Julianne Moore, que fue premiada en Cannes como Mejor Actriz; aunque todos contribuyen a hacer de esta una historia memorable y diferente a lo que estamos acostumbrados.

Agustina Tajtelbaum