Poltergeist - Juegos diabólicos

Crítica de Ezequiel Coniglio - Cinezalco

Era necesaria una remake? Es necesario reflotar aquellos clásicos del terror? Son contados los casos en los que una remake de ese estilo logra tener éxito y aportar algo nuevo a la creación. Poltergeist no era necesaria, no agrega nada sino que entorpece las cosas.

El legendario cineasta Sam Raimi (“Spiderman”, “Evil Dead”, “The Grudge”) y director Gil Kenan (“Monster House”) contemporiza el cuento clásico sobre una familia cuya casa suburbana es perseguida por las fuerzas del mal. Cuando las apariciones terroríficas intensifican sus ataques y mantienen cautivo a la hija menor, la familia debe unirse para rescatarla antes de que desaparezca para siempre.

Aquella película original de 1982, dirigida por Tobe Hooper, contaba con escenas y tomas que generaban buena tensión. Los planos y efectos acompañaban al ritmo de la película y lograba que saltemos de los asientos o estemos pendientes de la puerta del placard o de ese maldito payaso que tanto nos asustó. Hoy no pasa lo mismo, esta remake tiró por la borda ese efecto.

Si bien la remake de Carrie (2013) tuvo muchas críticas y puso en discusión este mismo aspecto de la necesidad de volver a hacer clásicos del cine, aportó nuevas dosis y fue mucho más fiel al libro de Stephen King. Poltergeist no hizo nada de esto.

Si, ya sé, la estoy matando. Pero esa fue mi sensación. Volver a ver una película con efectos innecesarios, agregados que no aportaban ni un susto y actuaciones poco creíbles.