Poltergeist - Juegos diabólicos

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

No lo supera, pero asusta tanto o más que el primer film

Las nuevas tecnologías favorecen para que esta nueva versión de "Poltergeist" tenga algo con qué competir con la versión original dirigida por Tobe Hooper bajo una fuerte supervisión del productor Steven Spielberg.

El uso de celulares, gps, o un dron que muestra en magnífico 3D esa zona fantasmal donde queda atrapada la hija menor de una familia suburbana logran que los espectros de "Poltergeist" traigan nuevos sustos que literalmente pueden hacer saltar al espectador de su butaca.

La situación básica sigue tomando prestado un célebre episodio de la serie "Dimensión desconocida", "Little Girl Lost", con una nena desapareciendo en una especie de limbo o tercera dimensión ubicada en su propia casa, con el agregado de los espiíitus de un viejo cementerio supuestamente reubicado antes de construir un nuevo barrio suburbano, aunque queda claro que los constructores sólo cambiaron de lugar las lápidas, provocando la ira de los difuntos.

Esta nueva película también cuenta con un nuevo productor, nada menos que Sam Raimi, y su estilo se deja sentir desde la primera aparición de los fantasmas que se comunican con la nena desde un televisor, que de golpe, se llena de manos espectrales apoyadas desde "el otro lado".

Esta vez los acontecimientos suceden sin paz ni pausa desde el mismo momento en que la familia de Sam Rockwell se muda a la casa en cuestión, y hay un crescendo que no se detiene hasta el final del film. Sobre todo en la parte en que un equipo de expertos en lo paranormal buscan a la nena, esta nueva versión ofrece más acción sobrenatural que el film original, y también detalles más siniestros, algunos verdaderamente horripilantes.

Y un personaje de la producción de Spielberg que era muy difícil de reemplazar, el de la vidente Zelda Rubinstein, está muy bien sustituido por un experto en casas embrujadas que tiene un programa de TV interpreado por Jared Harris, que se roba cada escena en la que aparece.

Sin superar un clásico como el "Poltergeist" de Tobe Hooper, esta película ofrece variantes astutamente diseñadas para asustar al espectador con todo tipo de recursos, y ningún fan del género se la debería perder.