Poltergeist - Juegos diabólicos

Crítica de Alejandro Franco - Arlequin

Hay mucha gente que considera a la original Poltergeist (1982) todo un clásico, cosa que discrepo. Era divertida, tenía sus momentos, y dejaba su impacto en nuestra memoria, pero era demasiado aséptica y tendía a enviciarse con los efectos especiales. 30 años después llega esta remake, la cual exacerba todos los defectos de la original: sigue sin haber sangre y los FX se multiplicaron por mil, con la diferencia de que la historia es recontraconocida y, ante la carencia de sorpresa, sólo nos queda por ver de qué manera han regurgitado - con mayor lujo y prolijidad - las escenas mas conocidas de la película.

No soy enemigo de las remakes; yo creo que hay un error de criterio en cómo las están haciendo. Yo creo que vale la pena tomar un filme viejo - uno mal hecho pero pleno de potencial -, y relanzarlo en una versión mas prolija, solvente e inteligente; pero aquí lo único que hacen es tomar algo ultraconocido, clásico y venerado, y regurgitarlo con mejores efectos de computadora. Es imposible mejorar algo que es perfecto de por sí, y lo único que hacen es incurrir en herejía, pensando que nadie va a ver lo viejo porque se notan los hilitos a la hora de los FX, o porque no está rodado en HD y con sonido THX. Es el mismo criterio erróneo que aplicó la Turner un par de décadas atrás cuando comenzó a colorear clásicos, pensando que el público joven nunca iba a ver títulos viejos rodados en blanco y negro (¿para eso pagué el plasma de 50 pulgadas?). Con semejante punto de vista (bastante corto, por cierto) habría que rehacer La Gioconda o La Ultima Cena, ya que son pinturas viejas, descoloridas y agrietadas, y carecen de colores flúo que peguen con las camisetas de moda.

No hay nada memorable en la versión 2015 de Poltergeist. El cast es realmente muy bueno, pero la historia y los diálogos son una copia casi textual del original. Se agregaron drones y teléfonos celulares, los parasicólogos usan notebooks, y el medium de turno resulta ser estrella de un reality de lo paranormal; pero, con un par de excepciones, las mismas escenas del original de 1982 siguen estando pero en versiones bastante mas opacas. El ataque del árbol no impresiona, el asalto del payaso de juguete no da cuiqui, la explicación del medium (Jared Harris!; el cual es correcto pero es un flaco reemplazo de la enana Zelda Rubinstein) es demasiado elaborada y, a excepción de una incursión al inframundo hecha con un drone, el resto va de lo respetuoso y correcto a lo previsible y fallido. El final, por ejemplo, es demasiado artificial y no impresiona a nadie.

Poltergeist 2015 no es un mal filme, pero precisaba mas salero. Es correcta pero no impresiona y, mucho peor, no asusta. Y si la sopa está tibia y es sosa, entonces ¿qué razón tendríamos para recomendarla?.