Policía, adjetivo

Crítica de Jorge Bernárdez - Subjetiva

Autoridad y moral

Nada peor que perder la fe y el sentido de lo que uno hace en la vida. Ese es el problema de Cristi, un joven policía que en el medio de una misión pierde el norte, se empieza a preguntar que está haciendo y siente que su misión está mal y que carece de sentido.

La misión de Cristi es seguir a un adolescente que supuestamente fuma marihuana algo que según la ley rumana se castiga con una cantidad de años de cárcel que a Cristi le parecen demasiados. Los días van pasando y Cristi va plasmando en el informe que debe escribir para su jefe las impresiones que le causa el seguimiento del adolescente. Pero poner en duda esa parte de su vida afecta el resto de la vida de Cristi. Todo se va desarrollando hasta llegar a un increíble debate dialéctico con su jefe que le hace traer un diccionario a su secretaria para discutir con Cristi aspectos morales, legales y linguísticos que se disparan a partir de las dudas que lo asaltan al policía. Dudas que introducen el germen del caos en la sociedad rumana. Hay que ver la película para enterarse que decisión toma Cristi.

El cine rumano hoy es toda una garantía de novedad y de rigor y el director de esta notable historia es Corneliu Porumboiu, el mismo que hace un par de año nos deslumbró con Bucarest 12:08 y este año se llevó todos los elogios posible en el Bafici por ésta películas.