Policeman

Crítica de Diego Batlle - Otros Cines

El enemigo interno

Que este film haya ganado el Premio Especial del Jurado en Locarno, el del Público en Nantes y el máximo galardón de la Competencia Internacional del BAFICI 2012 y -peor aún- que sea aclamado por no pocos críticos de primera línea como una obra maestra a contracorriente del cine “convencional” me hace pensar en la sobredosis de esnobismo y en lo mal que está por momentos el circuito de festivales (o, en caso contrario, lo mal que puedo estar yo).

La película -que me recordó a los peores trabajos de Amos Gitaï- es de una banalidad, una torpeza, un trazo grueso, con personajes tan forzados y caricaturescos, que poco menos que indigna. Sobre todo, porque se mete con temas muy pesados como el (anti)terrorismo en Israel.

En este caso, Lapid describe el accionar de unos policías que, esta vez, no deben enfrentarse con fanáticos palestinos sino con un patético grupo revolucionario integrado por compatriotas. Ni el espíritu tragicómico, ni algunas osadas observaciones sobre la contradictoria sociedad israelí, ni su "moderno" y experimental sistema narrativo alcanzan a redimir a una película que no tiene prejuicios, es cierto, pero tampoco demasiado talento.