Pokémon: Detective Pikachu

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Si algo de esta producción tiene de atractivo va por fuera del origen del mismo, un videojuego que supo estar de moda, sino de los elementos narrativos, cinematográficos y literarios que se despliegan.

Entre ellos, la forma de comunicación que se establece en los Pokemon, en que los humanos quedan fuera, pero simultáneamente interacción con quienes comparten casi como mascotas.

La otra variable que podría llegar a sostener el texto es la actuación de Ryan Reynolds otorgándole no sólo voz a la criatura, sino que a través de ella despliega innumerables sensaciones y emociones, Justice Smith cumple como Tim Goodman, el hijo del detective desaparecido. la bella Kathryn Newton en el rol de Lucy Stevens, tambien tiene un desempeño aceptable, el resto de los actores tiene mínimo tiempo en pantalla como tener peso especifico, en ese desaprovechamiento aparece los actores Bill Nighy y Ken Watanabe.

Por lo demás, el gran despliegue visual que otorga elementos atrayentes se va diluyendo a partir de lo extenso y confuso que se presenta todo el relato, con demasiadas vueltas de tuerca, necesitando al final una explicación dialógica para que se entienda.

En realidad el genero “per se” no necesitaría explicación, pero desde la estructura narrativa, sumado a los vaivenes del guión que no termina de definirse, obliga a ese recurso.

La historia en si es muy sencilla enrolada en lo que intenta, como columna vertebral de la misma, parecer a un policial, no lo termina por lograr. Cuando el gran detective privado Harry Goodman desaparece misteriosamente; Tim, su hijo de 21 años, debe averiguar qué sucedió. En la investigación lo ayuda el antiguo compañero Pokémon de Harry, el Detective Pikachu: un súper detective adorable y ocurrente que se asombra incluso a sí mismo. Tim y Pikachu se dan cuenta que increíblemente pueden comunicarse, y unen fuerzas en una aventura para develar el misterio enmarañado. Mientras buscan pistas en las calles resplandecientes de Ryme City, una vasta metrópolis moderna donde los humanos y los Pokémon comparten un mundo real hiperrealista, encuentran distintos personajes Pokémon y descubren un complot impactante que podría destruir la convivencia pacífica y amenazar a todo el universo Pokémon.

Un filme que posiblemente no termine de conformar ni siquiera a los fans.