Poesía para el alma

Crítica de Ulises Picoli - Función Agotada

Poesía

Que una película del gran Lee Chang-dong se estrene no es algo para tomar a la ligera. Seguramente el estreno (si sucede) será limitado y no habrá demasiadas oportunidades de verla. Hay que aprovecharlo.

Poesía para el Alma es la quinta película de Chang-dong. Desde su comienzo en 1997 con Green Fish hasta la actualidad solo interrumpió su labor cinematográfica en los años 2003 y 2004 para ejercer como Ministro de Cultura de su país. Durante ese recorrido fílmico logró desarrollar duras historias con una maestría y naturalidad abrumadoras. Ver que en Poesía para el Alma no ha perdido el pulso es algo reconfortante.

En esta oportunidad la historia es la de una anciana con principios de Alzhéimer que se anota en un curso para aprender a escribir poesía. Extremos de una persona que va perdiendo palabras por circunstancias por encima de su control pero que busca otras nuevas para revelar este mundo. La señora, además de lidiar en secreto con su enfermedad, debe cuidar a su nieto (adolescente cuya madre esta ausente por comodidad). Este joven que deambula con sus amigos no tiene interés por nada ni nadie. Esto la incluye a ella que aun así, se desvive por él. El suicido de una joven, compañera de escuela de su nieto, tendrá vital importancia en el relato. Pero lo tendrá aún más el descubrimiento de un cruel acto delictivo vinculado a ese hecho. Ese será el inicio del desgarramiento como ser humano de la anciana.

(La imagen de la adolescente flotando por el río es todo un gesto de Chang-dong. Ya en Peppermint Candy y Secret Sunshine es el agua donde se desahoga la angustia y la muerte toma lugar)

No voy a contar demasiado acerca de cómo se desarrolla la historia, creo que hay que acercarse sabiendo que estamos en presencia de un narrador formidable, uno de los directores contemporáneos más importantes. Uno que a pesar de la realidad descarnada que muestra, tiene esperanza depositada en el alma humana. Sus relatos no buscan el golpe bajo ni el sentimentalismo. El mundo de Chang-dong sucede. Su puesta en escena y la naturalidad de sus personajes nos sumergen en circunstancias que quizás no sean sencillas de afrontar, pero que no por eso dejan de existir. No hay intención de juzgar de su parte, nosotros deberemos pensar esa realidad, queda de nuestra parte decidir que hacer al respecto.

Poesía para el Alma se estreno el año pasado en el Festival de Mar del Plata y este año repitió en el Bafici. Es una verdadera alegría que el cine de autor (por fuera de contados directores europeos) vuelva a las pantallas argentinas, esperemos sea el puntapié inicial, aún hay mucho cine por descubrir.